1. Internet no es una cadena nacional barata: usted puede hablar, pero también debe escuchar y responder.
2. Una sola respuesta, un solo mensaje para todos no alcanza. Uno para cada uno es imposible. Busque un equilibro, y en la Red juegue con las reglas de Red. No con las suyas.
3. Mostrarse inaccesible no contribuye a una imagen seria, profesional y transparente. Ser abierto y accesible, ser uno más, sí. Pero tampoco sobreactúe.
4. El acceso a la información y la transparencia sobre usted y su gestión le dará más beneficios que problemas. Si usted restringe información y no trabaja para liberarla, no entendió cómo funciona el mundo hoy.
5. La Red es una plataforma para resolver problemas entre todos, no el banquillo de los acusados 2.0. Entonces: pregunte usted. Pida ideas, soluciones y alternativas. Déjese ayudar. Hay millones conectados que quieren hacerlo. Ponga menos foco en quienes lo difaman y más atención a aquellos que están dispuestos a dar una mano.
6. No contrate foristas a sueldo para que lo defiendan. Eso es combatir el fuego con nafta. Si ya los contrató, despídalos.
7. La diversidad de opinión no se puede disciplinar. Solo se puede fomentar. Levante esa bandera. Internet no tiene retorno.
8. No intente controlar internet: el proyecto se le volverá en contra y con un costo político muy alto. Si no conoce qué es la neutralidad de la Red, infórmese. Si ya sabe qué es, defiéndala.
9. Internet es masiva e influyente. Es este momento, en todo momento, las 24hs del día, en la Argentina, hay más personas conectadas a la Red que en el primetime de la TV.
10. Los internautas también votan. Y sépalo: serán mayoría. Más del 50% del padrón electoral de la Argentina del 2015, es decir, más de la mitad de la población política y económicamente activa, habrá nacido después de 1983 en hogares de clase media. En el 2015 la mayoría será menor de 35 años.
Si usted llegó a este texto porque se lo acercó impreso un asesor, está totalmente desconectado. Es decir, en problemas.