Un doloroso reflejo de las dificultades por asumir a la democracia como una forma de vida, capaz de mediar en los conflictos cotidianos y derramar sus beneficios hacia el sistema político.
No es casualidad el éxito de taquilla de la película de Damián Szifrón, Relatos Salvajes, pero tampoco resulta ser, en la opinión de experimentados críticos de cine, la mejor película argentina de todos los tiempos. Es seguro, la mejor del director y la que, merecidamente irá a competir por el premio a mejor película extranjera en los Premios Oscar de la academia de Hollywood.
Pero, ¿dónde está la clave del éxito de esta película que reúne seis relatos donde priman las soluciones extremas, la pérdida del control y la violencia que anida en cada ser humano? Animarse a dar respuesta a este interrogante es intentar explicar desde la sociología, el impacto que tienen las prácticas sociales que cada espectador identifica en todas y cada una de las historias que se narran. Por supuesto que ello trae consigo la eterna discusión acerca de la acción individual versus la práctica social que repiten grupos sociales por costumbre, cultura o imitación. Continuar leyendo