“Volveré y seré millones”. La histórica frase, atribuida a Eva Perón, nunca fue pronunciada por su presunta autora. Pertenece a un poema escrito en 1962, al cumplirse diez años de su muerte, por José María Castiñeira de Dios, cuya desaparición, a los 95 años, priva a la Argentina de una de sus mayores personalidades culturales, con una obra fecunda y una trayectoria extraordinaria, a las que no se ha hecho suficiente justicia.
Castiñeira puede ser considerado legítimamente como uno de los cofundadores del peronismo. En 1944, integró la primera Junta Promotora de la candidatura presidencial del coronel Perón y lució siempre con orgullo su carnet número 49 del Partido Peronista.
Colaborador y amigo cercano de Eva, fue Secretario de Cultura durante el primer gobierno peronista, Secretario de Prensa y Difusión en 1973 y nuevamente Secretario de Cultura entre 1991-1994. Su nombre es un símbolo emblemático de la intelectualidad peronista.
Pero la vida de Castiñeira de Dios no transcurrió encerrada ninguna torre de marfil: su activa militancia en la Resistencia, en las horas difíciles de la proscripción y la persecución política, lo ubican también, merecidamente, entre las grandes figuras históricas del peronismo.
Nunca dejó de ser fiel a su ideario, al que sirvió con entusiasmo y lealtad. Lúcido hasta el final de sus días, su mente abierta y su energía inagotable no estaban ancladas en la evocación del pasado, sino comprometidas en la construcción de futuro.La Argentina y el peronismo están en deuda con él.