Pocos meses atrás se aprobó una ley en Rusia que pena con multas que llegan hasta los 30.000 dólares a aquellas personas u organizaciones que promuevan de alguna manera “formas no tradicionales de relaciones” hacia los menores. Esas formas no tradicionales fueron definidas como aquellas que “no pueden producir descendientes”.
Esto significa en los hechos una persecución inaceptable hacia un grupo de personas en uno de los países más grandes del mundo. Recordemos que Rusia, desde los tiempos de la Unión Soviética, tiene una larga historia de discriminación y acoso desde el Estado. La homosexualidad fue un crimen penado hasta 1993 y en muchas ocasiones se utilizó como excusa para someter a disidentes políticos.