Días pasados, recibí en mi casilla de correo una carta del ministro Florencio Randazzo promocionando una aplicación para ver en tiempo real los arribos de los trenes en las distintas estaciones y, de paso, autohalagándose por las mejoras introducidas “por decisión de nuestra Presidenta”. No se trataba de un anuncio institucional sino personal.
Más allá de lo interesante que pueda resultar la novedad que, por otra parte, ya conocía, me intrigó saber cómo era que el ministro Randazzo, que además de ministro es precandidato a la presidencia de la Nación, tenía mi mail personal. La respuesta me llegó vía Twitter. Muchos más -¿ciento de miles, tal vez?- habían recibido la misma carta. El común denominador de todos era que habíamos dejado nuestro mail personal en algunos de los tantos trámites que se hacen para renovar algún documento de identidad. Continuar leyendo