En los últimos días, ante las críticas recibidas por el gasto excesivo en la realización de las obras del Metrobus, el subsecretario de Transporte y Tránsito de la Ciudad, Guillermo Dietrich, declaró ante el diario La Nación que “en la 9 de Julio elegimos los materiales más caros, los más estéticos y lo que mejor se confunden con el espacio verde que tiene la zona ¿Podríamos haber usado otros más baratos? Sí claro, pero la decisión la tomamos como gobierno. Creemos que está bien gastar $ 200 millones para que la gente viaje cómoda“. Por su parte, la directora del Proyecto Metrobús, Manuela López Menéndez, manifestó que “la obra podría haber salido más o menos, pero es el proyecto arquitectónico que decidimos”.
Quisiera decir algunas cosas sobre estas, cuanto menos, alarmantes declaraciones. En primer lugar, el subsecretario omite aclarar que se gastaron $200 millones de más. La obra del Metrobus 9 de Julio, de acuerdo a la información pública disponible, para sus tres kilometros lleva un costo acumulado a la fecha de $322.171.937, que comprende el presupuesto adjudicado para la construcción de las estaciones (cada una con un increíble costo de $8 millones, monto similar al de equipar la sala de terapia intensiva del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez que continua pendiente) adicionales de obra, pavimentación y el túnel Constitución. Este monto sería aún mayor, atento al túnel que se proyectó construir para unir la Av. 9 de Julio y Libertador.