Nadie puede negar la sorpresa por el valor de la venta del aplicativo de comunicación mundial WhatsApp, y su compra por parte de la red social más importante del mundo -Facebook, claro- por un valor de 19.000 millones de dólares. Más allá de los detalles económicos particulares de la transacción, surge una pregunta que excede las cuestiones comerciales o jurídicas de la operación: ¿qué factores, modos y formas se dan en la actualidad para que una empresa pueda ser valuada de semejante manera?
El reciente libro escrito de la saga “How, escrito como siempre por Dov Seidman, cuenta los factores que se dan entre el surgimiento de algo y el resultado final. Es decir, analiza el cómo se llega a un resultado exitoso. Muestra en varios ejemplos tanto de la vida empresarial, deportiva o política el valor del procedimiento, y cómo éste hace llegar (o no) a un resultado exitoso. Remarca en todos los casos de estudio que en definitiva el procedimiento es la matriz del éxito.
El tema de las formas es más profunda aún e implica una visión del cómo entiendo el porqué nos levantamos por las mañanas y el motivo de lo que hacemos. La razón de todo ello implicará una consecuencia, valiosa, de éxito o neutra. La plataforma de comunicación WhatsApp sorprendió ya que no dio a conocer su marca en forma tradicional, con grandes inversiones en publicidad; su conocimiento y crecimiento fue de a poco hasta llegar a ser utilizada por 500 millones de personas en la actualidad.
¿Cuáles fueron esos valores que definieron su éxito? Primero, una idea simple: en vez de crear una nueva plataforma de conexiones, se utiliza la agenda que tenemos todos en nuestros teléfonos celulares para vincularlos en forma automática y gratuita. Segundo, lograr la relación inmediata entre un primer grupo próximo de afinidad. Este paso es clave para la viralización en la trasmisión al grupo denominado los adaptadores tempranos. Si este traspaso en la utilización de los servicios es exitoso, se pasa a la mayoría de los usuarios. En una u otra etapa nos ubicamos todos nosotros.
El tercer elemento del éxito es la calidad en el servicio, facilidad y adaptabilidad a toda plataforma de tecnología. El resto, es historia conocida: crecimiento constante, mejoras y agregados de nuevos servicios. Respuesta a incidentes, comunicación y venta en el momento oportuno. Recordemos que se había rechazado una oferta de compra por parte de Google por 10.000 millones de dólares. Todos nosotros tendemos a fascinarnos o sorprendernos por los resultados finales, pero no reparamos en el esfuerzo, método y dedicación que existe en todo proceso. Éste es oculto, pero de él depende el éxito o fracaso, Y así quedó demostrado por WhastApp.