Debido a la coincidencia de la visita del presidente de los Estados Unidos al país con el 40 aniversario del golpe militar del 24 de marzo de 1976, representantes de organizaciones de Derechos Humanos abogaron ante Mauricio Macri para que garantice que Barack Obama esté lo más alejado posible del lugar donde se realizarán los actos conmemorativos de la fatídica fecha, porque su presencia podría inducir a disturbios entre los concurrentes, en su mayoría pertenecientes a organizaciones de izquierda.
En este contexto, se impone recordar que el golpe del 24 de Marzo tuvo una impronta más pro-soviética que pro-americana. ¿O qué significó si no la movilización del Partido Comunista Argentino a la Plaza de Mayo en apoyo de Videla? ¿O la defensa que hacía Fidel Castro en la ONU afirmando que la dictadura argentina no violaba los derechos humanos? Hechos que el gobierno militar agradeció y retribuyó al no interrumpir, por ejemplo, el envío de granos a la entonces Unión Soviética, a pesar del embargo cerealero promovido por EEUU con motivo de la invasión de la URSS a Afganistán.
Por ello resulta como mínimo curioso observar el entusiasmo compulsivo por manifestarse en contra de Obama que se ha apoderado de algunos muchachones setentistas que militaron en organizaciones que facilitaron el golpe militar de 1976 con el argumento de que “cuanto peor, mejor”. Continuar leyendo