¿Qué quedará de esta visita del papa al corazón del sur de la Latinoamérica profunda? Habrá distintas coloraturas y subrayados según las diferentes sensibilidades. Pero me temo que esta es una pregunta que los periodistas difícilmente puedan responder con entera propiedad, ni siquiera los vaticanistas, e incluso tampoco los teólogos o quienes se dedican a estudiar el impacto cultural de lo religioso.
Es que no todo es cuantificable -muchos están acostumbrados a leer la realidad del reino estadístico de la cantidad-, porque estamos en un terreno en el que las cosas no las resuelven siempre los estadígrafos o las ciencias sociales. Estaría dispuesto a dar un buen premio a quien me supiera responder este otro interrogante: ¿Qué sucede en la hondura de un corazón humano?
Una vez apagados los ruidos del viaje, la visita habrá desaparecido más o menos rápidamente de la sociedad mediática y todo parecerá haber quedado a partir de entonces revestido con esa cierta inerte invalidez que confiere la pátina de la historia. Otros sucesos ocupan ahora nuestra atención y así ha de ser, porque esa es la vida. Continuar leyendo