Venezuela es hoy una sociedad fracturada, que incluye a la oposición como dentro de las propias filas chavistas, y con un gobierno que parece desbordado. Las protestas sociales, de todos los sectores sociales y ángulos políticos, son reprimidas y las libertades individuales se ven gravemente afectadas. Las violaciones a los derechos humanos están a la orden del día. Human Rights Watch ha informado que la policía está actuando con brutalidad. Muertos, heridos, detenidos y torturados es el balance de la última semana.
Este cuadro, junto con el grave desorden económico y la reducción de la producción del petróleo, está haciendo tambalear al presidente Nicolás Maduro. Venezuela se encuentra al borde del precipicio financiero y enfrenta el riesgo de un colapso económico. El fracaso de la gestión gubernamental parece un hecho ampliamente reconocido como el creciente clima de disconformidad social ante la escasez de productos básicos. El país se encamina a la décima devaluación.