La Argentina necesita encarar con urgencia una política naviera que, entre otros importantes beneficios para el comercio fluvial y marítimo, actúe como instrumento adicional de política exterior. El actual régimen legal ha desvanecido una presencia mercante que fue históricamente importante. Hoy prácticamente no existen buques con pabellón nacional. Las banderas de conveniencia hasta efectúan navegación de cabotaje. En el último lustro se fue abandonando incluso una política exterior que tuviera a dicha temática entre sus prioridades. Eso ocurre en el ámbito fluvial como en lo que hace al Atlántico Sur. Continuar leyendo