Al momento de analizar la situación del mercado de la construcción, es importante diferenciar las percepciones personales subjetivas de las tendencias generales objetivas. El escenario macro, en definitiva, nos permite desarrollar una mirada realista.
En esta línea, algunos estudios indican que la demanda de distintos materiales (cemento portland, cal, aceros, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, etc.) registró en mayo declinaciones de más del 5% respecto de abril de 2014 y 10% en comparación con mayo del año pasado.
Los índices del nivel de actividad de la construcción se retrajeron casi un 2% durante el primer bimestre del año. Una encuesta realizada a distintos empresarios del sector evidenció cierto escepticismo por parte de los referentes con respecto de la evolución para este año.
¿A qué se debe la merma? Por un lado, las restricciones cambiarias afectan, fundamentalmente, a la franja de construcción de viviendas. Sin embargo, eso no se evidencia del mismo modo en la construcción de naves industriales y de logística.
Por otro, la inflación provoca distorsiones como la proyección disparada de los salarios y la baja de la rentabilidad, ya que los precios no pueden aumentarse en la misma proporción que los sueldos. Las empresas constructoras deben estar atentas a la reducción de costos, pero sin descuidar la calidad.
Frente a estos obstáculos, los tomadores de decisiones actúan con cierto reparo en sus planes de inversión.
Bajar la inflación, desarrollar un mercado financiero que acompañe con préstamos a tasas razonables y mejorar la productividad general en las fábricas y en las obras aparecen como los principales desafíos a resolver de cara al futuro.
Ante este escenario, algunas empresas decidieron diversificar riesgos y apostar por la regionalización de su oferta de servicios. Los proyectos industriales mantienen una demanda sostenida en diferentes segmentos: logística, industria y agroindustria están a la cabeza en esta lista.
Por los motivos mencionados, los pasos a seguir exigen cierta mesura, aunque debemos esperanzarnos por el incipiente movimiento en algunos sectores de la industria.