No hay mucho que inventar para entender que septiembre es un mes determinante para los mercados financieros en lo que resta del 2013, y que por el mismo motivo, sigue siendo prioridad trabajar nuestras inversiones con un perfil defensivo.
Agosto cerró generando las mayores pérdidas mensuales en el mercado accionario americano en lo corrido del año, dándole apertura a la gran incertidumbre en cuanto a la resolución de asuntos cardinales.
En septiembre, será el tiempo donde sabremos si se lleva a ejecución el proceso de finalización del Quantitative Easing (QE) por parte de la Reserva Federal (FED), y con qué velocidad dicha entidad empezará la reducción de liquidez. Además, varios reportes como la próxima cifra de nóminas en los Estados Unidos serán un arma de doble filo, pues un buen número podría tomarlo el mercado como algo negativo, pues una mejor economía aumenta las probabilidades de que la FED retire el estímulo.
Otros titulares como la fatiga fiscal en EEUU, la resolución sobre el “Obamacare”, el conflicto en Siria, y la reciente alza en las tasas de interés de largo plazo, son suficientes para generar volatilidad con sesgo bajista en los mercados.
Aunque varios inversionistas crean que agosto ya fue un periodo suficiente para que el mercado accionario corrigiera, no debemos olvidar que detrás de éste, han habido ocho meses donde las acciones no pararon de subir.
Así como el buen maestro no se cansa de repetir, no nos debemos cansar de resaltar la necesidad de priorizar la protección de ganancias sobre cualquier otro objetivo en la administración de nuestras inversiones, por lo menos en los dos próximos meses.