Sin límites ni escrúpulos

capi bergman

Las imágenes siempre son potentes. En esta, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich está rompiendo un ejemplar del diario Clarín donde hay una nota sobre la muerte del fiscal Nisman. Con la excusa de que la noticia publicada es falsa, rompe la hoja del diario en el que está escrita.

A diario, vemos un stand up donde hablan sin decir nada. Ayer rompieron un ejemplar de Clarín, en lugar de leer la realidad que no gobiernan. Como escribió Eduardo Van der Kooy: “Imaginen lo que hace Capitanich cuando recibe los informes sobre pobreza, desnutrición y muerte infantil en Chaco”.

No es ninguna novedad que el kirchnerismo atentó históricamente contra la libertad de prensa, entre otras cosas, mediante el hostigamiento constante hacia medios y periodistas críticos al Gobierno. En estos años, nos acostumbraron trágicamente a la confrontación, al agravio, al escrache al que no piensa igual a lo que dicta el relato.

En su última cadena nacional, la presidente, entre chicanas a la oposición y a los medios, habló de su libertad de expresión: “Me voy a referir a una ONG que nuclea a jueces y magistrados y que su presidente dijo que no debería opinar ni hablar.

Todos somos iguales, libertad de expresión y de prensa es para todos los argentinos, incluida la Presidenta”. “Voy a hablar todas las veces que quiera hablar”. Tanto en cadena nacional como en su Facebook, la Presidente, al emitir livianamente sus opiniones —y contradicciones — sobre la investigación de la muerte del fiscal Nisman, viola el art. 109 de la Constitución Nacional, que prohíbe al presidente interferir en causas penales en trámite.

consti

Los que pensamos que otra Argentina es posible, y trabajamos para ello, creemos que el diálogo, el respeto por el disenso y el fortalecimiento de las instituciones son la base de nuestro porvenir.