La frente en alto reclamando justicia

“Sentir que es un soplo la vida / que veinte años no es nada…”

(Volver – Carlos Gardel / Alfredo Le Pera)

Al conmemorar 20 años del ataque terrorista contra la AMIA resulta casi imposible evitar la evocación de la lírica de los versos escritos por Alfredo Le Pera e inmortalizados por la voz de Carlos Gardel. Y también es inevitable pensar que 20 años significan, a la vez, poco y mucho en términos de tiempo.

Es poco tiempo cuando, al recordar con dolor lo sucedido, decimos “no puedo creer que ya han pasado veinte años”. Es mucho tiempo si pensamos en todo lo que ocurrió en nuestras vidas desde aquel 18 de julio de 1994 hasta hoy.

Y también es el tiempo suficiente para que se hayan acumulado una serie de hechos que determinan que hoy, a veinte años, los responsables sigan libres y tengamos que continuar reclamando que se haga justicia.

Entre otros, podemos mencionar:

Una investigación viciada desde sus orígenes que culminó con la destitución del juez que la tuvo a su cargo

- Un juicio que terminó con la absolución de quienes habían sido acusados de integrar la llamada “conexión local”

- Una nueva investigación que derivó en pedidos de captura internacionales con status de notificaciones rojas de INTERPOL contra ciudadanos iraníes, incluyendo entre ellos a altas autoridades políticas de Teherán

Un asombroso giro de 180 grados en la posición del país agredido que pasó de reconocer bajo la presidencia de Néstor Kirchner la responsabilidad del Estado argentino en el encubrimiento a la firma por parte del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de un Memorándum de Entendimiento con Irán, el país acusado por la propia justicia argentina de haber ordenado y financiado el ataque terrorista.

Nuestro Centro denunció desde un primer momento la incongruencia de ese Memorandum que a esta altura es un fiasco. La negociación con los terroristas no sólo ofende la memoria de las víctimas; en el caso de la AMIA ha demostrado, también, ser inútil.

Quizás una de las lecciones aprendidas por la sociedad argentina a lo largo de estas dos décadas es que el atentado contra la AMIA, si bien tuvo como objetivo principal atacar a la comunidad judía, fue una agresión contra la República Argentina.

Las 85 vidas que fueron arrebatadas en un soplo por la bomba nos exigen mantener el compromiso para alcanzar la justicia.

Veinte años es mucho tiempo. Es hora de que la justicia se vuelva una realidad.

 

Esta nota ha sido escrita en colaboración con Sergio Widder, Director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal