En el laboratorio de comunicación que tiene a Marcos Peña como jefe número uno y a Jorge Grecco como jefe número dos se llegó a la conclusión de que los temas nuevos de agenda gubernamental deben seguir un modelo básico, a saber, presentación general de Mauricio Macri con el sentido político del asunto, retiro del Presidente del escenario, y detalles técnicos a cargo del funcionario responsable del área, acompañado por el Jefe de Gabinete.
La idea es que no sea el Presidente el que tenga que contestar sobre asuntos de coyuntura que le interesan a los medios, pero tampoco rehuir a la consulta periodística. Se implementó por primera vez con los anuncios que realizó el titular del ANSES, Emilio Basavilbaso, sobre aumentos jubilatorios y de asignaciones familiares.
El problema es que el correo electrónico que recibieron las redacciones, entonces y ahora, decía claramente que habría conferencia de prensa del Presidente. Con la presentación del ANSES hubo molestias que se expresaron en voz baja, pero hoy un grupo minoritario de periodistas se levantó de sus asientos (aunque quedó mirando la conferencia atrás, parado), y una periodista, Mercedes Ninci, preguntó por qué se había retirado Macri si estaba previsto que daría una conferencia de prensa.
Peña contestó que no estaba previsto y prometió que las próximas convocatorias serían más claras. Ante una consulta, un funcionario del Gobierno aceptó que el comunicado no era claro y reafirmó: “Nunca estuvo previsto”.
Al igual que los técnicos del INDEC, los periodistas estamos excesivamente sensibles por las condiciones para el ejercicio de nuestro trabajo. Padecimos años de acoso moral, que en muchos casos se trató de persecución lisa y llana, y tenemos nula tolerancia a cualquier nuevo abuso del Estado. Es bueno que así sea, y también que el nuevo Gobierno sepa que las heridas tardan años en cerrarse en la psiquis, según lo explican los terapeutas.
Recuperar la confianza en el Estado no será fácil, ni de un día para el otro. Macri y sus funcionarios lo saben, por eso lanzaron un Plan de Modernización para poner al Estado al servicio de la gente, y no del relato. En la ciudad de Buenos Aires ya lo hicieron y hay 1300 trámites que hoy se realizan en forma digital y 200 registros electrónicos, para los que hubo una fenomenal capacitación de los empleados del Estado y un involucramiento de toda la línea burocrática en los nuevos procesos de gestión. “El gobierno porteño es hoy un estado del siglo XXI, el de la Nación es del siglo XX y la provincia de Buenos Aires es del siglo XIX”, dijo a Infobae uno de los responsables del plan que hoy lanzó Macri.
Consultado el ministro de Modernización qué va a pasar en el mientras tanto, hasta que el Estado nacional tenga la capacidad de dar las respuestas que los ciudadanos necesitamos, Andrés Ibarra dijo que “el plan es de cuatro años, pero todas las semanas daremos pasos para ir logrando el objetivo”.
Tal vez es lo que le faltó al INDEC de Todesca/Bevacqua, anuncios semanales para que sepamos en qué andaba la cosa, para que vayamos comprendiendo en forma colectiva que los procedimientos complejos se fraguan con tiempo.
Sabemos que somos una sociedad ansiosa. que ahora quiere pedirle al Gobierno que resuelve lo que la gestión kirchnerista no resolvió o destruyó en 12 años de gestión. La comunicación gubernamental tiene que ayudar en ese proceso.