Empiezan las clases y con ellas el entusiasmo y alegría de ver a nuestros chicos en su primer día. El compromiso de directivos, maestros y de toda la comunidad educativa se renueva cada año para, con la educación, transformar la realidad de nuestro país. Solo para mencionar algunas de las realidades que evidencia que somos muchos los que apostamos por la educación es que en la Ciudad de Buenos Aires arrancamos 2015 con 17 escuelas nuevas, la mayoría de ellas en el sur de la Ciudad. Se han ampliado edificios y se han incorporado a todos los chicos desde sala de cuatro a la educaciòn. Todas con inglés desde primer grado y más de 250 mil alumnos ya tienen una computadora del plan Sarmiento.
Pero no sólo la recuperación del sistema educativo tiene que ver con la inversión económica. El desafío es mayor: necesitamos seguir apostando a políticas públicas acertadas y audaces. Nos comprometimos a ir más allá y trabajamos para garantizar una educación de calidad para nuestros chicos. También creemos que es vital que las familias estemos comprometidas en profundizar nuestro rol de primeros educadores acompañando los procesos pedagógicos de las escuelas.
¿Somos conscientes de la importancia de lo que acontece en cada aula de nuestras escuelas? La educación nos prepara para crear proyectos de vida sustentables y todos debemos ayudar a que así sea. Esa relevancia es consecuencia de la misión propia de la tarea educativa: contribuir a la formación de personas plenas, con todas las competencias y habilidades necesarias para llevar adelante su propio proyecto de vida.
Tenemos la voluntad y el equipo para seguir transformar la realidad de nuestra ciudad y también del país, sólo debemos construir una educación que ofrezca herramientas reales, una educación que nos permita crear un futuro con valores para nuestros pibes. Los invito a que celebremos el inicio de este nuevo año escolar, seguros que en este aparente sencillo acto, estamos forjando la Argentina del siglo XXI que todos soñamos.