La política social del oficialismo ha consistido en naturalizar los problemas que no puede (¿o no quiere?) resolver, adornando la realidad con teorías de claustro y disimulándola a fuerza de “estadísticas”.
En ese esquema hoy se anota el “oficialismo a disgusto” de la Provincia de Buenos Aires al eliminar los aplazos de la educación primaria bajo la bandera de no estigmatizar al alumno.
No sorprende la medida ni el aval explícito del oficialismo nacional, que esta vez si se en columna detrás del gobernador Scioli. El oficialismo considera que es un estigma toda verdad desagradable y como tal, debe ser borrado. Borrar la mancha y ocultar el estigma. Nunca mirar de frente o modificar la realidad que lo genera. Continuar leyendo