Cambiemos

Durante estas últimas semanas hubo una gran presión mediática hacia los integrantes del frente electoral que integrarán Unión PRO, la UCR y la Coalición Cívica para sumar a Sergio Massa y al resto del Frente Renovador con el fin de generar la “unidad” de la oposición. Argumentando que, sin tal cosa, se dificultaría ganarle al kirchnerismo. ¿Es cierto?

Contrario a lo que promueve la embestida mediática, la caída de Massa fortalece la posibilidad de establecer el verdadero debate que acontece detrás de escena en estas elecciones: continuidad o cambio. En este marco, más del 60% de los argentinos prefieren un cambio de rumbo en la forma en la que se viene gobernando a continuar con lo que se viene dando. La caída del tigrense simplifica ese debate permitiendo al electorado identificar con claridad a los candidatos del cambio: Macri, Carrió o Sanz, y a los candidatos de la continuidad: Randazzo y Scioli.

En esta elección no está en juego el rumbo del país en términos de izquierda o derecha, de socialdemocracia o sociedad abierta. Si no que la discusión de fondo es si queremos apuntar a construir una democracia republicana con transparencia, reglas de juego claras y diálogo o si en cambio queremos continuar con el autoritarismo, la soberbia, el abuso de poder y la confrontación que vienen caracterizando al kirchnerismo.

Me sorprendió la ausencia en los medios el reclamo a Margarita Stolbizer para que baje su candidatura o se acople al frente republicano. En la disputa “cambio” o “continuidad”, ¿a quién beneficia la candidatura de Margarita? (quien no tiene chances reales de ganar). Es momento de coalicionar a las fuerzas republicanas para reconstituir la República y recuperar al diálogo como método de gobierno, no de dispersar energías. Pensar que lo que está en juego es un programa “ideológico” en términos de socialdemocracia vs. libremercado o cualquier cosa similar es un grave error de diagnóstico o una excusa para perseguir un proyecto personal y procurar alguna ventaja oportunista.

No es necesario sumar por sumar. En política no siempre 2+2 es 4. Las ideas, los conceptos y los valores traccionan más que las personas.

A veces hay que dar un paso al costado para que algo más grande que uno pueda avanzar.

Gane quien gane, ganamos todos

La decisión de la Coalición Cívica y de la Unión Cívica Radical de formar junto a Unión PRO una coalición que represente el Cambio que más del 70% de la sociedad demanda resulta auspicioso para el futuro de nuestra país. Hace casi un año escribí acerca de la necesidad de conformar este frente electoral y hoy los hechos acompañan aquellas expectativas.  Más allá de los distintos enfoques que pueda haber entre las tres fuerzas, lo cierto es que cualquiera de ellas trae algo que nuestro país necesita: estabilidad, seguridad y respeto a las instituciones.

En cuanto a la Ciudad de Buenos Aires, la semana pasada escribí sobre las internas que se llevarán adelante entre Cristian Ritondo, Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta. La nota generó algunos reproches por parte de quienes no logran abstraerse de sus preferencias y son incapaces de pensar un proceso político desapasionadamente. Pensar nuestro contexto nos ayuda a curar heridas y nos cuida de cometer excesos. Creo que esta interna, tan novedosa, requiere que se la piense y quienes estamos dentro podemos contribuir con nuestras plumas a disminuir la angustia. No escribo a favor de ninguno de los candidatos. Reflexiono sobre lo que nos pasa, quizás así podamos manejarnos un poquito mejor.

Entiendo que no todos están contentos con cómo vienen dándose las cosas. Las reacciones de los voceros kirchneristas no se hizo esperar. El malestar que hoy se ve en varios de los actores del Gobierno Nacional es fruto de la inseguridad que proyecta el gran frente conformado. La inseguridad fundada en que la burocracia no cuenta con la independencia suficiente para que su suerte no dependa de quién sea la cabeza política del Gobierno. La falta de independencia burocrática deteriora la calidad democrática y hace que más allá de programas o visiones de gobierno muchas personas participen en una campaña por su subsistencia o continuidad laboral. Vale aclarar que la seguridad no puede venir sin exigirles que los puestos laborales se cubran por concurso, que el trabajo resulte auditado y se oriente la gestión al logro de objetivos que tengan al ciudadano como principal beneficiario y no sólo a grupos de interés.

La Argentina que viene nos ofrece grandes oportunidades para asentar las bases del Cambio necesario para promover el progreso en nuestro país. La meritocracia es uno de esos cambios fundamentales que necesitamos para que el Estado esté verdaderamente al servicio de los ciudadanos. Si logramos levantar juntos esa bandera, gane quien gane, ganamos todos.