¿Existen los valores villeros?

Recientemente legisladores de La Cámpora impulsaron instalar el “día de los valores villeros” e la fecha en que nació Carlos Mugica. Personalmente creo que la fecha es importante, porque el padre Mugica es un símbolo para tantos otros que todos los días se comprometen con las más diversas causas sociales. Por otro lado, no tengo ninguna duda de la buena intención de los legisladores que están impulsando esta medida. Sin embargo, hay algo en eso de “los valores villeros” que no me termina de gustar.

La villa, contrario a lo que la mayoría piensa, es parte de la ciudad y por lo tanto está inmersa en la cultura urbana. Hay algunas cuestiones que la distinguen del resto de la fisonomía urbana: se trata de una topografía bastante particular con una alta concentración de marginalidad. En la villa se oculta el narcotráfico, la violencia es una cuestión cotidiana y ni hablar de las carencias que se ven por todos lados, principalmente las vinculadas a la educación y el trabajo.

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La urbanización de las villas es un error conceptual

El diccionario de la Real Academia Española define urbanizar como “acondicionar una porción de terreno y prepararlo para su uso urbano, abriendo calles y dotándolas de luz, pavimento y demás servicios”. Quisiera detenerme en la expresión “acondicionar una porción de terreno”. Porque tras el concepto de la “urbanización” subyace la idea de que las villas son “porciones de terreno”, negándoles así su condición de “lugar” en el sentido más antropológico de la palabra. Y las villas son ante todo eso: un lugar.

Según el censo de 2010, en las villas de nuestra ciudad viven 163.587 personas, es decir más del 5% de la población (estimaciones extraoficiales sugieren que este valor podría llegar incluso al 12%). Se trata, en consecuencia, de una situación que no puede escapar a los ojos de los porteños y mucho menos de los responsables políticos de la Ciudad de Buenos Aires.

En la villa 21-24 NHT Zabaleta y en todos los asentamientos aledaños viven alrededor de 45.000 personas: no creo que se pueda considerar a esta unidad geográfica una porción de terreno cuando es una compleja realidad antropológica, un entramado de relaciones e historias. Urbanizar significa, al menos conceptualmente, tratar a un lugar como algo sobre lo que se interviene sin más, olvidándose por completo de toda la riqueza humana que contiene y, sobre todo, del gran potencial que encierra.

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El problema de las villas no es la pobreza

En la primera clase suelo decirles a mis alumnos que antes de hacer cualquier cosa es necesario definir el problema correctamente: de lo contrario todas las acciones que se planifiquen no resolverán la situación que realmente nos preocupa.

¿Son las villas en la ciudad de Buenos Aires un problema? Yo creo que no, creo que son un hecho, una realidad y por lo tanto no se puede hablar de una solución para el problema de las villas. Sí, en cambio, se puede hablar de una solución para los problemas de la villa. Parece una cuestión meramente retórica pero aun así implica un cambio de paradigma en el pensamiento de quienes vivimos en la Ciudad de Buenos Aires y sobre todo de quienes ocupan puestos de gobierno.

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