Modernizar la seguridad

Hoy vemos como una situación absurda el hecho de que la caballería polaca, considerada la mejor del mundo en aquel entonces, saliera a enfrentar la invasión de Adolf Hitler con la convicción de que iba a repeler el ataque de tanques y aviones. Un ejemplo más de un paradigma obsoleto que, ciego de confianza en sí mismo, se precipitó al suicidio. La caballería no tenía ni la más mínima oportunidad contra la Blitzkrieg.

Mientras la delincuencia ha evolucionado en todas sus formas, incluso desde el punto de vista de la gestión, las fuerzas de seguridad siguen inmersas en paradigmas que muchas veces nos remiten a 1930. Este brutal atraso no se da tanto a nivel técnico como a nivel organizacional y de gestión. La disciplina del management ha evolucionado y desarrollado nuevos conceptos, métodos, formas e incluso ideas. Todas ellas ignoradas dentro de las fuerzas de seguridad.

Desde el punto de vista organizacional, me atrevo a decir que hoy las fuerzas se gestionan al igual que allá por los años 1930. Se considera a las personas como parte de una maquinaria destinada a la producción y son piezas que se mueven e intercambian. Los sistemas de incentivos, los esquemas de motivación, el diseño de la estructura organizacional moderna son todos conceptos no aplicados hoy en la mayoría de las fuerzas de seguridad. La construcción se hace ignorando por completo el factor humano, al igual que se hacía en las fábricas del año 1920. Continuar leyendo

Gestión y política: un divorcio inviable

El concepto de gestión es enormemente amplio y se refiere a todo lo que hay que hacer para que algo funcione. El concepto en sí mismo encierra una idea y es que toda transformación se realiza haciendo. Idea que va a contracorriente de quienes creen que todo se logra con un relato. 

La gestión es una palabra de moda en el ambiente empresarial y en el mundo en general, pero la política argentina tradicionalmente la ha evitado: existe la convicción de que el votante se deja arrastrar por campañas emotivas y olvida la realidad. 

Sin embargo, el PRO ha hecho de la gestión su bandera y se ha ocupado durante estos ocho años de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires de demostrarle a todo el país que la gestión es la única forma de solucionar los problemas que tenemos. Y como en tantos otros casos no se trata de ensalzar al PRO, sino de demostrar que un tuerto ve más que un ciego. El enfoque en la gestión no es un gran invento, no es una creación, es simplemente la aplicación del más evidente sentido común: las cosas no se solucionan solas, es necesario intervenir. Continuar leyendo