Sí, los servicios públicos tienen que ser de la Ciudad

Recientemente, Horario Rodríguez Larreta, precandidato del PRO, ha lanzado una propuesta que resonó en mi mente por su obviedad: los servicios públicos tienen que ser de la Ciudad. Me bastó escucharlo para coincidir. Y no es sólo una propuesta que debiera tener él como precandidato, sino que tendría que estar entre las primeras palabras de todos aquellos que aspiren a gobernar la Capital. Voy a ir más lejos: debería ser el discurso de todos los legisladores porteños, que fueron elegidos para defender los intereses de los que vivimos en la Ciudad de Buenos Aires.

Hay varios motivos por los cuales esto debe ser así, me interesa repasarlos uno por uno. El primero es una cuestión de gestión. Hoy deciden sobre la ciudad dos entidades distintas: el gobierno nacional y el gobierno de la ciudad. Cada entidad tiene una función distinta y por lo tanto sus intereses y objetivos son distintos. Si decidieran sobre cuestiones que atañen a distintas problemáticas, esto sería aceptable, pero en general lo hacen sobre los factores y recursos que hacen a las mismas problemáticas. Para cualquier persona que estudie los principios de administración, esto es inviable, porque los esfuerzos de ambas entidades no están alineados y por lo tanto se generan conflictos innecesarios, más allá de los roces existentes por tratarse de distintas facciones políticas. Continuar leyendo

Una interna excepcional

Hoy todos estamos hablando de la interna del PRO en la Ciudad de Buenos Aires y es que tan acostumbrados estamos a los verticalismos personalistas que un poco de republicanismo nos suena incluso cacofónico. Pero lo cierto es que esta interna, que hoy es una excepción, debería ser justamente la regla, lo habitual. Es una interna pareja, una que tiene sentido y pone a dos contrincantes del mismo peso frente al electorado. Y lo mejor de todo: tiene un final incierto.

Históricamente en la Argentina, al menos recientemente, los partidos han dirimido sus candidatos con mecanismos poco transparentes y en donde contaban más los movimientos de los operadores que la decisión de la gente. Hoy, en una Argentina que se encuentra a punto de perder todo su republicanismo, nos viene bien un gesto que ponga de manifiesto que algo nuevo está comenzando. Mauricio Macri ya tiene algo de que enorgullecerse: en el país en el que por tradición se han ignorado los valores republicanos, él ha logrado que el partido que lidera sea un ejemplo de actitud democrática. Continuar leyendo