La violencia está ganando

Hace unos días mataron a un chico en la parada del colectivo. Salió en algunos medios, se hablaba de Barracas, es cierto, pero fue en las inmediaciones de la villa. Pero para entender un poco más las cosas es necesario saber dónde fue el asesinato y en qué circunstancias.

Eran las siete de la tarde, según me contaron. Era una parada de colectivos. En el barrio las paradas de colectivo están atestadas de gente, sobre todo a esa hora. Los negocios estaban abiertos, había movimiento. La parada está en una calle importante, esto quiere decir que hay iluminación y que todos caminamos tranquilos por allí, nos sentimos seguros. No quiero faltar a la precisión, pero hay un puesto de gendarmería a unos cien o doscientos metros de allí. Todo habla de una zona segura.

Contrario a lo que los mitos populares indican, caminar por las villas no es peligroso. Cualquiera puede recorrer las calles principales y nada va a pasarle. Quienes conocemos algo más podemos internarnos en algún pasillo ancho. Los pasillos más angostos ya son más dudosos: el poco tránsito de gente y el hecho de que solo los frecuenta un número reducido de personas permite que quede en evidencia el extranjero. Queda claro que a altas horas de la noche lo que acabo de decir no cuenta. Continuar leyendo

¿Existen los valores villeros?

Recientemente legisladores de La Cámpora impulsaron instalar el “día de los valores villeros” e la fecha en que nació Carlos Mugica. Personalmente creo que la fecha es importante, porque el padre Mugica es un símbolo para tantos otros que todos los días se comprometen con las más diversas causas sociales. Por otro lado, no tengo ninguna duda de la buena intención de los legisladores que están impulsando esta medida. Sin embargo, hay algo en eso de “los valores villeros” que no me termina de gustar.

La villa, contrario a lo que la mayoría piensa, es parte de la ciudad y por lo tanto está inmersa en la cultura urbana. Hay algunas cuestiones que la distinguen del resto de la fisonomía urbana: se trata de una topografía bastante particular con una alta concentración de marginalidad. En la villa se oculta el narcotráfico, la violencia es una cuestión cotidiana y ni hablar de las carencias que se ven por todos lados, principalmente las vinculadas a la educación y el trabajo.

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