De empleos, deflación y robots

Recientemente he leído un excelente artículo de Andrés Oppenheimer donde remarca que deberíamos preocuparnos por el tema de esta nota (Free trade won’t kill U.S. Jobs – robots may). La sustitución de los hombres por máquinas y la consecuente pérdida de puestos de trabajo ante la automatización de las tareas es un viejo tema de constante opinión. Me parece importante concientizar al lector e inversor acerca de un proceso que no debería pasar desapercibido, teniendo en cuenta sus consecuencias en el desempleo estructural y en la deflación de precios generales, con su impacto sobre el crecimiento de largo plazo.

A favor de los que apoyan este proceso se encuentran los que argumentan que esa automatización eliminará puestos prescindibles pero creará otros necesarios. Lo cierto es que la pérdida de empleos no es reemplazada en la misma cuantía por la generación de nuevos empleos, por lo que el desempleo estructural debido a la automatización de los procesos productivos y en la prestación de servicios es un fenómeno que en las últimas décadas jugó un papel negativo en las economías. Continuar leyendo

Diario de un viajero

En estos días tengo la oportunidad de estar de viaje por Europa. Es complejo para alguien nacido y que vive en Latinoamérica poder explicar la crisis que vive la región europea.

Sin embargo habría que entender que se trata de diferentes estándares y el malestar surge cuando alguien cede algo que ya tenía y lo ha incorporado como propio en su cotidianidad.

En la Europa periférica realmente es difícil darse cuenta que están en crisis cuando uno transita como una persona común en la calle; en el dialogo con las personas que viven ahí se siente un malestar profundo sobre todo por la falta de empleos, en especial de los jóvenes, los impuestos, reducciones de gastos y el costo de vida (alquiler, energía y comida).

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El euro se fortalece pero ¿a qué costo?

En muchos foros he escuchado la misma opinión una y otro vez: el euro en 1,30 contra el dólar sólo le sirve a Alemania, pero entierra a España, Grecia, Portugal, etc. Estos países no están encontrando el motor que les permita volver a generar empleo, mejorar sus déficits y reducir deuda. Una moneda fuerte en la Eurozona no responde a las necesidades de todos los participantes por igual.

¿Qué ha pasado en los últimos meses?

El euro ha lateralizado en una estrecha franja de entre 1.26 y 1.32 dólares, lejos de las versiones que pregonaban la paridad en junio en medio de la crisis europea. Una vez más ha logrado superar esta semana los 1,30 luego de tocar un mínimo a mediados de noviembre.

¿Cuáles son las causas?

1) Gracias a Alemania, la Eurozona no presenta un déficit de cuenta corriente (el de EEUU es muy elevado).

2) Grecia obtuvo el financiamiento que necesitaba y pateó la pelota para adelante.

3) Hay una falta de definiciones en Estados Unidos respecto a la cuestión fiscal: Barack Obama ha endurecido su postura declarando que él no hará ningún acuerdo sobre el futuro fiscal del país a menos que los líderes del Congreso primero acepten los aumentos en las tasas de impuestos para los más ricos. El jefe de Estado expresó que no se trata de un capricho, sino que es necesario elevar de cierta manera los ingresos. Sin embargo, los republicanos comunicaron que las conversaciones se encuentran estancadas y exigen una reunión con el Presidente para poder avanzar con las negociaciones. Geithner dijo que la administración de Obama se encuentra absolutamente preparada para afrontar el fiscal cliff, si el Partido Republicano no aceptara subir las tasas impositivas. El final es abierto aunque estimamos que la situación se resolverá positivamente.

4) Ha habido flujos positivos de fondos hacia la Eurozona por inversión de portafolio y estrategias de fondeo.

5) Por último, no ayudó en nada que el índice ISM (manufacturero) cayera en noviembre a su menor nivel desde julio de 2009 y se ubique en zona de contracción (debajo de 50 puntos).

Cinco causas y un mismo efecto: una relativa fortaleza del euro. Pero dicha fortaleza esconde muchas debilidades. Nuestra tesis básica es que el euro debería volver a tomar una tendencia bajista a mediano plazo. El argumento es que dicho comportamiento se debió más a una debilidad de EEUU que a una fortaleza de Europa y que la velocidad con que EEUU interviene en los mercados (monetarios) es muy superior al ritmo Europeo.

Lo que sucedió en Europa esta semana deja al euro muy vulnerable y desnuda muchas falencias. El Banco Central Europeo tuvo su reunión de política monetaria, donde se decidió mantener sin cambios la tasa de interés de referencia en 0,75%, pero es preocupante la revisión a la baja que anuncio Draghi el miércoles pasado sobre el crecimiento del PBI en Europa ya que prevé una contracción en promedio de 0,5% del PBI en el 2012, así como la revisión a la baja para el 2013 y 2014.

Las últimas estimaciones del Bundesbank para Alemania, la dejan al borde de una recesión el año que viene: considera que la economía alemana se está desacelerando y probablemente se estancará en 2013. La reducción de crecimiento se debe a la difícil situación económica que afrontan algunos países de la eurozona y la incertidumbre generalizada.

Por último, la situación fiscal y de deuda de Europa no es la mejor -como todos sabemos-, a punto tal que el francés más rico, Francois-Henri Pinault, diga que los problemas de Francia empequeñecen los de los EEUU, ya que “el fiscal cliff sería más bien una montaña en Francia”, algo mucho más alto que un acantilado y que, hasta ahora, la única solución planteada son los aumentos de impuestos, al tiempo que no se ha discutido ningún recorte de gastos. El presidente francés, Francois Hollande, comunicó recientemente que gravará a los más ricos con una tasa impositiva del 75% y el próximo año entrarán en vigencia los impuestos sobre dividendos y ganancias de capital.

En una situación mundial compleja, todos luchan por debilitar sus monedas, pero Europa prioriza la inflación. ¿Estará en lo correcto?