Cambiar el rumbo de Brasil

Año nuevo, esperanzas de renovación. Pero ¿cómo? Sólo si cambiamos el rumbo, empezando por la visión del mundo que resurgirá de la crisis de 2007-2008. El gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), sin decirlo, le apostó todas sus fichas a la “declinación del Occidente”:

  • De la crisis surgiría una nueva situación de poder en la cual los países de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el mundo árabe y lo que sería el antes llamado Tercer Mundo tendrían un papel destacado.
  • Europa, abatida, haría contrapunto a unos Estados Unidos menguantes.

No es eso lo que está sucediendo: los estadounidenses salieron adelante, después de cierta confusión para salvar su sistema financiero y ahogar al mundo en dólares, logrando además un fuerte arranque en la producción de energía barata. Y el mundo árabe, después de la primavera, sigue desgarrándose entre chiítas, sunnitas, militares, laicos, talibanes y lo que más haya. Rusia se convirtió en productora de materias primas.

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Vandalos y demandas justas

Las noticias de la semana que acaba de terminar no fueron nada auspiciosas, ni en el plano internacional ni en el local.

Una decisión de la Suprema Corte de Argentina, bajo fuertes presiones del gobierno, dio el visto bueno a una ley que regula la concesión de los medios de comunicación. En teoría, no habría nada extraordinario en hacerlo. Pero en la práctica se trata de una medida específicamente contra el grupo que controla el periódico Clarín, firme opositor del ”kirchnerismo’’ (la política de los Kirchner, Néstor y su esposa Cristina). Se restringe a un grupo de comunicación opositor al gobierno con el pretexto de garantizar la pluralidad de las normas de concesión. Con todo, ya hay un trato privilegiado para el Estado y para las empresas amigas del gobierno.

De Venezuela vemos noticias de una parranda increíble: las ciudades del país amanecieron cubiertas de carteles en contra de la ”trilogía del mal’‘, es decir, los principales líderes opositores a los que se les atribuyen todas las dolencias del gobierno. Es por causa de ellos, acusan, que hay desabasto, falta de energía y crisis de divisas, además de inflación. Todo para atizar el odio popular contra los adversarios políticos del gobierno, presentándolos como enemigos del pueblo.

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