En Aeroparque hay que poder elegir

Pasados más de diez días del plazo perentorio impuesto por el ORSNA -Organismo sin facultades legislativas- han sido expuestas, por fortuna, las verdaderas razones de la resolución 123 impulsada por Kicillof, Recalde y Lipovich.

Inclusive en los últimos días se publicó una nota que revela que en su tesis doctoral el, ahora, titular del ORSNA Gustavo Lipovich tenía una evaluación negativa sobre Ezeiza en términos de viabilidad económica para las aerolíneas.

Es decir, cuando Lipovich firmó la resolución que expulsa a LAN Argentina de Aeroparque era plenamente consciente de que volvía inviable la operación doméstica de LAN en el país.

Sin abundar en las declaraciones efectuadas durante toda la semana por parte del presidente de Aerolíneas Argentinas y Austral, Mariano Recalde, digamos que sus apariciones fueron más que erráticas contradictorias. Empezando porque al inicio de este conflicto había declarado que la aerolínea que él preside nada tenía que ver con este repentino pedido de desalojo, afirmación que debió pasar a archivo al aparecer el video en el cual admitía sus problemas para competir con LAN y que el propio Recalde ratificó con posterioridad en un raid mediático pocas veces visto para el CEO de Aerolíneas.

Es importante aclarar, entonces, que el deseo de quitar al único competidor de relevancia que tiene Aerolíneas Argentinas no responde a intereses de soberanía nacional sino a la necesidad de mejorar el déficit operativo de la línea de bandera.

Los números que tiene Recalde sobre su escritorio le muestran que en todos los destinos con competencia la línea aérea de bandera pierde plata. Debemos asumir que son los números que también conoce Axel Kicillof y la presidente.

Tanto el abogado Recalde como el secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo (usualmente llamado viceministro de Economía) Kicillof saben de costos políticos más que de la industria aerocomercial y en consecuencia decidieron cortar el hilo por lo más delgado: que el ajuste que ni ellos ni la señora presidente quieren hacer en la línea aérea de bandera, lo haga un privado. Es decir LAN Argentina.

Si LAN fuera expulsado de Aeroparque y fuera cierto que el Estado, como le prometieron en reuniones a delegados gremiales de la propia LAN funcionarios del gobierno argentino, pudiera absorber una parte de los despidos que esta decisión generaría, el gobierno nacional en lugar de ser visto como el responsable directo de esos despidos, podría llegar a ser ponderado como el salvador de muchos puestos de trabajo que ocasiona un privado. Tal vez por eso el refuerzo de Recalde sobre un estigma ideológico (la derecha chilena) que tendría el grupo empresario madre LATAM.

El ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo se metió en la disputa para anunciar un pedido de informe a la compañía argentina LAN. Obviando que la justicia ha pedido precisamente lo contrario. La juez Claudia Rodríguez Vidal le ordenó al órgano de control que dé cuenta debidamente de cuál sería el “interés público” por el cual se intenta rescindir un contrato entre dos privados.

La evaluación técnica solicitada a LAN de por qué sería inviable operar alrededor de 60 vuelos diarios en Aeroparque sin hangar, el ministro se la puede pedir al triunvirato Recalde, Lipovich y Kicillof, quienes elaboraron previamente ese impacto y por eso intentan desplazar a la compañía del Jorge Newbery.  El resto es sentido común.

Después de media década, como tituló su gestión el doctor Recalde hace pocos días en un acto partidario, las mejoras en Aerolíneas Argentinas en relación a su época dorada son nulas y casi imperceptibles para los pasajeros en comparación a cuando la empresa era controlada por terceros. El argumento de que en aquel tiempo Aerolíneas fue vaciada suena escaso habida cuenta de que la operatividad de la empresa hoy en día no se sostiene porque se haya revertido esa tragedia en su administración sino porque está conectada a un respirador artificial de Casa Rosada.

El mercado aerocomercial argentino tiene mucho para crecer y eso sólo será posible con más actores y más competencia en el espacio aéreo. El hostigamiento a un particular, en clara desventaja, empeora la situación presente y futura de los pasajeros en Argentina.

Aeroparque a la medida de Aerolíneas

La resolución 123 del ORSNA que intima a desalojar el hangar que pertenece legalmente al día de hoy a LAN Argentina Sociedad Anónima nos plantea dos cuestiones muy importantes a tener en cuenta.

La primera de ellas es: ¿qué hará el ORSNA con el hangar que hoy ocupa legalmente LAN? El hangar en cuestión es moderno y de hecho el único construido en los últimos 30 años en Aeroparque. Acaso el ORSNA vaya a desmantelarlo o tal vez se lo cederá a Aerolíneas Argentinas y Austral. ¿Es correcto y, todavía más, legal que el Poder Ejecutivo Nacional tome unilateralmente una decisión de este tipo? Además de la legalidad abre la puerta sobre cuál es el límite de las decisiones políticas que puede tomar el Estado en nombre de su interés. Sobre todo si el interés del Estado pone en riesgo muchas fuentes laborales.

Alterar acuerdos y contratos firmados, como de hecho intenta hacerlo el ORSNA, expulsando una línea aérea del aeropuerto con mayor tráfico del país, es una medida discriminatoria, arbitraria y lejana a cualquier principio de equidad o justicia. Es que, como bien tweeteó el diputado nacional Wado De Pedro, salvo Aerolíneas y Austral sólo LAN posee hangar en Aeroparque como línea aérea operativa. Es decir es una medida que perjudica sólo a LAN.

La justicia deberá decidir sobre lo que a todas luces parece ser una medida ilegal. Deberá determinar si es el ORSNA tiene las facultades de violar un contrato entre dos privados: Aeropuertos Argentina 2000 y LAN. La otra razón por la que se le quita el hangar a LAN es, cito: “la empresa no realiza vuelos regulares internos” (en la industria se los llama domésticos). A menos que destinos como Neuquén, Bariloche, Córdoba, Tucumán o Salta, entre otros, repentinamente pertenezcan a otro país, no hace falta fallo judicial para saber que este argumento es inválido.

La empresa que intenta ser desplazada de hecho de Aeroparque realiza vuelos de cabotaje regulares en el país. LAN Argentina es eso, una aerolínea argentina establecida en el país, tanto es así que sus 12 Airbus A320 tienen matrícula LV como ordena la ley. Se rigen por normativa argentina en todas sus áreas incluyendo sus convenios laborales.

Desde el inicio de sus operaciones en 2005, LAN siempre tuvo un hangar en Aeroparque. Se desprende de ello que es una condición necesaria para la operatividad de la compañía.

El segundo interrogante que se abre está directamente relacionado con la compañía Intercargo. Si LAN se viera obligado a abandonar su hangar en Aeroparque y por tanto cesar sus operaciones domésticas en el país, como de hecho ya fue anunciado y ciertamente es entendible que así lo haga, ¿qué sucederá con los 500 trabajadores de Intercargo asignados a Aeroparque? Además de 3000 trabajadores que emplea en todo el país la aerolínea, LAN usa obligatoriamente el servicio de rampa (handling) de Intercargo. De hecho el 80% del servicio que presta Intercargo en el Jorge Newbery es para LAN. Aerolíneas Argentinas y Austral poseen su propio servicio de handling. El gobierno argentino deberá absorber el excedente de 500 trabajadores que hoy tienen su facturación principal de LAN o asumir las responsabilidad de dejar esas familias sin trabajo. Malas noticias para las arcas del Estado argentino que sumará costos económicos sumados a la pérdida de un cliente importante.

Según IATA, en palabras de Mariano Recalde la FIFA de las aerolíneas”, América Latina registra el mayor crecimiento aerocomercial del mundo y la mayoría de sus aerolíneas tienen ejercicios que le reportan ganancias. Esto ha sido producto de nuevas aerolíneas y el aumento de la competencia que bajó los precios de los tickets en la región. También de estrategias comerciales modernas y acordes a la dirección de la industria en todo el mundo.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos acaba de frenar, al menos momentáneamente, la fusión de American Airlines y US Airways bajo dos argumentos centrales: potencialidad de posición monopólica de concretarse esa fusión y segundo: automático aumento de precios en los tickets por falta de competencia o porque dicha fusión convertiría a esa aerolínea en demasiado grande.

De concretarse la expulsión de LAN de Aeroparque y del país confirmaremos que la política aerocomercial argentina va exactamente en el sentido contrario. No se me ocurre una peor noticia para el sector.