Caso Fayt: el tiempo nos dio la razón

Decir que Carlos Fayt es una luminaria viva del Derecho es una verdad de Perogrullo, una redundancia.

Por eso me siento totalmente honrado por el hecho de que el Decano de la Corte Suprema de Justicia de la Nación me haya designado como su abogado, que creo es el máximo honor al que en nuestra profesión se podía aspirar.

En ese orden de ideas nos tocó tener que salir a enfrentar las injustas acusaciones que arreciaron en los últimos días contra Fayt. Debíamos revertir toda una operación política y mediática que lo denostaba y que trataba de colocarlo en una posición disvaliosa de cara a la sociedad, montaje cuyo punto de partida fue una editorial firmada por Horacio Verbitsky en Página 12. Continuar leyendo

Carlés nunca ejerció la profesión de abogado

A tenor de la nota publicada por Infobae el 26 del corriente, me veo obligado a formular algunas aclaraciones sobre los dichos del candidato del Poder Ejecutivo Nacional a formar parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Roberto Carlés.

A.- NO TRABAJÓ EN EL COLEGIO PÚBLICO DE ABOGADOS DE LA CAPITAL FEDERAL (CPACF) 

Ratificamos en un todo que el Dr. Carlés no trabajó en nuestra Institución. Sólo concurrió algunos días durante enero de 2004 para tomar conocimiento de las tareas que como pasante comenzaría a desempeñar en febrero de aquel año.

En febrero de 2004 no se presentó a tomar tareas por lo que no existió ni siquiera la pasantía. Continuar leyendo

El fracaso del Consejo de la Magistratura de la Nación

La ya lejana y por entonces “macabra servilleta” para la designación de los jueces intentó ser suplida por la creación del Consejo de la Magistratura, incorporado en la “Componenda de Olivos” que desembocara en la Reforma Constitucional de 1994, modelo traído de la Europa continental, en particular de España e Italia.

El Organismo del artículo 114 de nuestra Carta Magna degeneró en su naturaleza fundacional ab initio, apenas vio la luz la ley 24.937 que le dio su reglamentación. En efecto, el primero de sus déficits fue que se desvirtuó la figura de la representación de legisladores, determinándose antojadizamente que la misma fuera en cabeza de los propios diputados y senadores. Así, miembros del Poder Legislativo se convirtieron, al mismo tiempo, en integrantes de otro de los poderes constituidos del Estado, el Judicial, haciéndose añicos la forma republicana de gobierno, que establece de manera pétrea el artículo 1º de la Constitución Nacional. A todo evento, es necesaria la lectura de los debates de la Convención Constituyente, totalmente reveladores. Continuar leyendo