Separar realidad de ficción

La Procuración General de la Nación acaba de firmar un convenio con la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI) para colaborar en la formación de los fiscales que tengan que actuar en los futuros juicio orales y públicos, a partir de la puesta en funcionamiento del nuevo sistema procesal penal a nivel nacional.

A simple vista parece lógico y plausible el proyecto. Pero, ¿es el proceso penal una ficción teatral o televisiva? ¿O necesita uno de sus protagonistas clases de actuación?

Las respuestas negativas fluyen sin esfuerzos. Respeto profundamente la profesión de actor. Gracias a ellos disfrutamos del arte escénico de manera única. Nuestros sentimientos afloran frente a las pantallas de cine y televisión o en los escenarios teatrales con sus interpretaciones. Aunque, la Justicia y su administración es otra cosa.

Saber hablar en público. Pronunciar las eses. No repetir viste”, “a ver”, “nada” o “en definitiva, entre otras muletillas, está muy bien.

Pero los fiscales -y los defensores- no tenemos que cautivar al público o seducir fans, sino convencer a los jueces o a los jurados populares de nuestras respectivas pretensiones procesales. Continuar leyendo

Un Procurador General del Medioevo

Cree que su público despacho está en Bizancio, con vista al Bósforo… O En Toledo, cerca del Alcázar, claro. O en la mismísima París medieval.

Cree que sus empleados y colaboradores son, en realidad, súbditos de la misma Corona que él sirve. Por lo tanto, les pertenece. Puede manejarlos, dirigirlos, abrumarlos y humillarlos a su iluminado antojo.

Está convencido y orgulloso de su poder omnímodo, de su suficiencia absoluta, de su impunidad e inmunidad para mover las fichas de su autoridad a su libre albedrío… Después de todo, es un representante -el más fiel- del Rey (o de la Reina).

Cada vez que es amonestado por el resto de los poderes públicos o privados, redobla la apuesta. Y va por más.

No le teme al escarnio público. Él es el público (y el privado).

Debería perseguir y acusar -exclusivamente- a los criminales. Pero se encarga de perseguir y acusar a quienes osan contradecirlo, ya que Él es la Verdad Absoluta…

Sus enemigos son los enemigos de la Corona (y viceversa). Detesta la incipiente y casi secreta prensa independiente. Los considera infames murmuradores que conspiran contra sus amos. Sueña con tecnologías futuristas para poder espiar a sus adversarios… Lamentablemente, por ahora, sólo existen la imprenta y las cartas manuscritas…

Cree que su mandato será eterno. Que los futuros reyes y reinas le reconocerán sus servicios a la Corona. Que los impuros que hoy osan criticarlo, recibirán el eterno castigo divino , el fuego terrenal y la etiqueta de hereje (todavía no se ha inventado la palabra “facho”).

Prefiere súbditos jóvenes, a quienes hipnotiza con su militancia monárquica, con su relato superador, con su crítica a los viejos imperios, hoy decadentes.

Ellos les responden con obediencia absoluta. Están absortos con su liderazgo. Con su vocación de mando. Lo consideran el mejor piloto de tormentas en la lucha por un reino mejor. Más inclusivo. Más progresista.

A los obsecuentes, los premia con los mejores cargos y destinos. Los defiende. Los enaltece. Son casi su familia…

El Pueblo, oprimido por la monarquía que todo le quita, sólo espera una cosa…

Que se despierte de su sueño.

Así sea.

(Cualquier semejanza con la ficción, es pura coincidencia).

Carta abierta al Dr. Daniel Sabsay

Dr. Daniel Sabsay:

 

Cuando el cargo esté vacante, Ud. debe postularse a la Procuración General de la Nación.

Los fiscales de todo el país – más allá de nuestras jefaturas provinciales- necesitamos a un referente como Ud. Necesitamos al frente de la Fiscalía de la República a un jurista de nota, a un experto constitucionalista, a un amante de la Ley y la Justicia.  Continuar leyendo