El caso Nisman y el poder

En el caso Nisman, su denuncia y su muerte, la lucha de la Presidenta no es únicamente en el plano judicial. La imagen que Cristina Kirchner pretendía dejar tras abandonar el poder -la de una líder popular que había resistido los embates del monopolio mediático, del imperialismo yanki y de los fondos buitre- corre el riesgo de terminar en el “hondo bajo fondo, donde el barro se subleva”. Lejos del relato épico, enceguecido en su desesperación, el kirchnerismo es una fiera que en cada zarpazo se hunde un poco más en esa ciénaga que es el mundo de servicios, encubrimientos y personajes patibularios.

Desde que hiciera Nisman su denuncia, se movilizó el aparato de propaganda K, a través diarios y televisión oficialistas, con brutales operaciones. Lo acusaron de borracho, títere de Stiuso, peón de la CIA, de llevar una vida dispendiosa, de mal padre y desestabilizador, entre otros. El exministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Raúl Zaffaroni, llegó a decir “estoy seguro que Nisman no escribió la denuncia”, a la vez que, en una entrevista televisiva, reconocía no haberla leído y haberse informado de su contenido por la prensa. Continuar leyendo

Parlasur, un resguardo atractivo

Un movimiento personalista como el kirchnerismo no tiene herederos; la única continuidad posible es la de Cristina Kirchner. Pero, a diferencia de otros movimientos similares en América Latina, el kichnerismo no pudo reformar la Constitución. ¿Cómo, entonces, resignarse a abandonar el poder, con el inmenso riesgo de no recuperarlo y enfrentarse así a la probable catarata de denuncias de corrupción? Para muchos, la situación es a todo o nada para mantener cargos, influencias, impunidad y negocios.

Una posible llave está en un proyecto que se trata en diciembre en el Congreso que podría parecer a simple vista como anodino: la elección de los parlamentarios del Mercosur. Como este organismo no decide prácticamente nada puede creerse que la cuestión es irrelevante. Sin embargo, esta reforma puede cambiar la dinámica política en la Argentina. El “vamos por todo” empieza a tomar forma concreta. Continuar leyendo