Tiempos interesantes

No hay dudas de que los próximos años serán —como reza la maldición china— tiempos interesantes. El tantas veces anunciado fin del ciclo k finalmente llegó y con él todas las especulaciones posibles. Si bien en los próximos tiempos criticar al kirchnerismo por sus errores será un popular deporte nacional, lo cierto es que los verdaderos planes de Cristina Fernández de Kirchner no se han modificado en lo más mínimo. Sí, así de maquiavélica suele ser la política argentina.

Daniel Scioli nunca fue del agrado de la señora. Su estilo tibio, dialoguista y corporativo la exasperaba. La conversión del bonaerense al kirchnerismo duro lo terminó de alejar del votante medio. La Presidente saliente hubiese preferido siempre a otro delfín, pero correrlo al motonauta hubiese significado enfrentarse a buena parte del peronismo clásico y territorial, aquel que ella —por falsa conciencia de clase— detesta profundamente.

Lo cierto es que Cristina decididamente jugó en contra de Daniel. Nadie puede creer que la sucesión de groseros errores y fuego amigo al que fue sometido el gobernador haya sido casual y no premeditado. Las declaraciones de personajes que le harían un gran favor al país si se jubilaran, más el ninguneo a peronistas históricos fue un lastre demasiado pesado para alguien que no se caracteriza por golpear la mesa y definir una posición política propia. Continuar leyendo

Resonante implosión de UNEN

Seamos sinceros. Todos la veíamos venir. El mismo sentimiento perverso que hace que nos detengamos a ver un accidente en la ruta nos llevaba a observar como UNEN se dirigía hacia una resonante implosión. 

Toda esta situación carecía de suspenso. Conocedores de la presencia de Carrió dentro del frente UNEN, todos sabíamos que era una bomba a punto de estallar. Solo había que esperar y mirar, munidos de un balde de pochoclo como en toda película de acción.

El “fenómeno Carrió” ha hecho suficientes méritos para ser un leading case en los claustros de las Ciencias Políticas. Desde su irrupción como la promesa progresista académicamente preparada y moralmente intachable de la centenaria Unión Cívica Radical, a su presente como depredadora serial de acuerdos, incontinente verbal (cuyos fueros la salvan de recorrer tribunales), y funcional al conservadurismo corporativo, han pasados muchas etapas de Lilita. Continuar leyendo

Máximo y el mensaje

Finalmente se develó el mito del heredero. Máximo Kirchner pronuncio sus primeras palabras en público y desató un tsunami de interpretaciones y comentarios. Al emerger finalmente de las sombras, Máximo K se enfrenta a su propia leyenda, a la construcción de la imagen que propios y extraños hicieron de su figura. Una apuesta de riesgo sin dudas. ¿Es un fino analista político, como lo definió su madre, o el oscuro administrador de consorcios familiares que mencionan los medios? ¿Es el creador de una fuerza política joven y leal, o es el pibe de la playstation, experto en el FIFA 2014? Continuar leyendo

La Patagonia sigue rebelde

Quizás sea por el frio y el viento (entre otras inclemencias climáticas), o por las largas distancias entre sus ciudades y los grandes centros urbanos. O quizás por haber sido el patio trasero de nuestro país durante tanto tiempo. Lo cierto es que la región patagónica lleva en su huella genética el trabajo y la rebeldía propia de aquellos a los que la vida no les regalé nada, sino que lo consiguieron con el genuino fruto de su esfuerzo.

Algo de esto aprendió de la peor manera el ex presidente Hipólito Yrigoyen, cuando la Patagonia rebelde dio paso a la Patagonia trágica, luego que el caudillo radical ordenara la represión a los obreros rurales que buscaban dejar atrás condiciones laborales miserables y que, ante cada presión, endurecían su posición. Si algo quedó establecido en aquella página oscura de nuestra historia es la férrea e inquebrantable voluntad de los pobladores de la región austral.

Algo de esto debería entender nuestra Khaleesi de Tolosa, Cristina Fernández de Kirchner, quien decidida a sancionar una nueva Ley de Hidrocarburos (no convencionales, claro está), olvida su condición de patagónica (por adopción) y hasta su título de abogada, ya que deja atrás el espíritu de la reforma de la Constitución Nacional y de la Ley de Hidrocarburos, paradójicamente sancionada esta última durante la presidencia de Néstor Kirchner.

¿Qué es lo que está en juego? Sin dudas, no es poco. El autoabastecimiento energético, la fuga de divisas, y el desarrollo sustentable de una región son los principales temas. El Gobierno, condicionado por sus propios y groseros errores, improvisa e impulsa una ley con el objetivo de seducir -para decirlo en términos diplomáticos- al capital privado internacional para explorar y explotar los cuantiosos yacimientos no convencionales en el territorio nacional. Para ello, hace concesiones (léase “entrega”) de potestades que son propias y exclusivas de las administraciones provinciales donde se encuentran dichos recursos.

La propuesta, de dudosa validez constitucional según el artículo 124 CN, en resumidas cuentas propone que las provincias cedan (léase nuevamente “entrega”) las potestades regulatorias al Gobierno nacional en materia de recursos naturales, para establecer este ultimo las condiciones de los pliegos de licitación, fijar impuestos y regalías bajos, o negar la participación en el negocio petrolero a las empresas energéticas provinciales. Con una mayoría automática en ambas cámaras, sumada a esa prepotencia política característica del kirchnerismo, la tarea de sancionar esta nueva ley debería ser un mero trámite.

Pero el Ejecutivo no contó con la creciente conciencia sobre la protección y defensa de los recursos naturales que floreció en los patagónicos. Representantes de todos los sectores políticos, empresariales, sindicales y sociales manifestaron su rechazo a la sanción de la nueva ley, y advirtieron que lucharan por defender sus potestades regulatorias sobre sus recursos naturales. Por el momento, bajo la cortina de una tensa calma, en Balcarce 50 analizan en la mesa de arena cuáles son los próximos pasos, porque se sabe que insistirán con el proyecto. Frente a ellos encontraran una poderosa resistencia social, donde no hay que desestimar la advertencia de los trabajadores petroleros de paralizar los yacimientos, medida que tendrá un fuerte impacto en la economía argentina.

De sancionarse la “Ley Cristina-Galuccio” sobre hidrocarburos no convencionales, nuestro país estará dejando de lado su condición de república federal al avanzar sobre las jurisdicciones provinciales. Los representantes legislativos de todas las provincias argentinas deberían tomar nota de esto y hacer una cerrada defensa de las autonomías provinciales. No solo por la Patagonia, sino en defensa propia. Porque no está de más recordar -y adaptar- algunas líneas del famoso poema atribuido a Bertolt Brecht: “Primero vinieron por los patagónicos, pero yo no me preocupe porque no era patagónico…”.

Sergio Massa y la iniciativa política

En las últimas semanas, la agenda política argentina estuvo marcada por el debate del anteproyecto de reforma del Código Penal Argentino. Así, el documento que se filtró a la opinión pública materializo un asunto que hace ya mucho tiempo viene ocupando los primeros lugares en la preocupación ciudadana: la inseguridad.

La comisión ad hoc a cargo de la elaboración del anteproyecto de reforma conto con un importante aval político, ya que en su integración contó con representantes del Frente para la Victoria, el PRO, la Unión Cívica Radical, y el Frente Amplio Progresista.

Dicha reforma contiene un aspecto indiscutiblemente positivo: la codificación en un solo corpus iuris penale de todas las normas de carácter penal que se encuentran dispersas en distintas leyes especiales, junto con las normas contenidas en el actual Código Penal. Así, este proceso de ordenamiento normativo traería numerosas ventajas en lo referente al estudio y aplicación del derecho.

Sin embargo, el anteproyecto contiene distintas disposiciones que -naturalmente- alteraron la sensibilidad social por su escasa rigurosidad punitiva. Así, el documento elaborado por la comisión especial ad hoc, reduce las penas para delitos de alto impacto social, tal como la trata de menores, donde la pena vigente de 10 a 15 años de prisión se reduce a una pena de 4 a 15 años, o el tráfico de estupefacientes cuya pena de prisión vigente es de 4 a 15 años y la propuesta legislativa la reduce a 3 a 10 años. De más está señalar que la eliminación de la prisión perpetua y de la reincidencia como agravante de los delitos son igualmente reprochables. En síntesis, el anteproyecto disminuye sensiblemente el aspecto punitivo contenido en las normas penales vigentes.

En el estudio de la dogmática penal, el objeto de la pena se explica a través de dos grandes corrientes: la corriente de la retribución y la corriente de la prevención. En la primera de ellas – la retributiva- la pena no busca la persecución de un fin socialmente útil, sino que en la imposición de un mal al transgresor, se retribuye, equilibra y expía la culpabilidad del mismo por el hecho cometido. Esta corriente ha sido dejada de lado por la moderna doctrina penal dado que, como se ha señalado, no busca la persecución de un fin útil para la sociedad.

En tanto que en la corriente de la prevención, en su carácter general, la misión de la prueba es ejercer sobre la comunidad una coacción mediante las amenazas penales y la ejecución de la pena para disuadir la comisión de futuros delitos. En su formulación clásica, la corriente de la prevención señala que nemo prudens punit, quia peccatum est, sed ne peccetur (ningún hombre sensato castiga porque se ha pecado, sino para que no se peque).

No puede ser dejada de lado en este breve análisis la fundamentación sociológica del aspecto punitivo. En tal sentido se aborda la célebre “teoría psicológica de la coacción” del gran jurista y sociólogo alemán Feuerbach, quien sostenía que el impulso delictual podía suprimirse en el potencial infractor si éste sabia con toda seguridad que el hecho iría seguido de una pena inevitable.

Toda esta evolución doctrinaria fue dejada de lado por parte de la comisión redactora del anteproyecto, dado que la eliminación de la reincidencia, en conjunción con la disminución de las penas, elimina cualquier incentivo para que el potencial transgresor de las normas evalúe la conveniencia de actuar en contra de la Ley.

Frente a este proyecto, Sergio Massa, ganador de las últimas elecciones legislativas en el principal distrito del país, tomó la iniciativa política de cuestionar dicho documento. La propuesta consistió en fijar en la agenda mediática nacional el tema para dar a conocer los pormenores del proyecto, como así también en una acción política directa, tal como la recolección de firmas para oponerse a su sanción.

La respuesta del arco político fue acusar al Frente Renovador de oportunismo, demostrando así un infantil enojo por haber perdido la capacidad de iniciativa política. Lograr la iniciativa política es la esencia del manejo del poder. Todo liderazgo político se sustenta en la capacidad de generar y mantener la iniciativa. Es lograr que el arco opositor a ese liderazgo reaccione tarde frente a las acciones y actúen a la defensiva, dentro de los temas o issues propuestos. Por caso, el maestro de la estrategia Sun Tzu en su célebre “El arte de la Guerra” dedica gran parte de su obra a explicar los beneficios de aquellos ejércitos que toman la iniciativa en el campo de batalla.

Por otra parte, el tomar la iniciativa política lejos está del significado peyorativo del oportunismo político. Cuando las iniciativas son positivas para la sociedad, no sólo consolidan el liderazgo político, sino que también representan un beneficio para la comunidad. ¿Quién se atrevería a acusar a Obama de oportunismo político por el programa de salud denominado Obamacare? ¿El kirchnersimo reconocería que fue oportunista al implementar la Asignación Universal por Hijo?

Como parte de su reacción tardía, la oposición al Frente Renovador decidió atacar las cualidades personales y profesionales del último ganador en el principal distrito del país. Se equivocan: La falacia ad hominem, es decir aquella consistente en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento quien es su emisor, constituye una pobre respuesta que sólo logra reforzar dicha afirmación y demostrar la carencia de argumentos propios.

De esta forma, el kirchnerismo -y su variante neo- junto al macrismo y al FAP, perdieron el centro del ring político en manos del Frente Renovador, ya que ninguno de ellos podrá alegar desconocimiento del anteproyecto por su participación directa en su formulación.

Así, el oficialismo deberá evaluar la conveniencia, mérito y oportunidad de seguir adelante con el anteproyecto de reforma, lo cual podría significarle un costo político mayor si el mismo lograra estado parlamentario y, posteriormente, sufriera una derrota legislativa.

No está de más aclarar que no se trata aquí de cuestionar los antecedentes profesionales y académicos de los integrantes de la comisión redactora. Nadie puede dudar que el Dr. Zaffaroni y el Dr. Gil Lavedra sean dos académicos notables del derecho argentino. No obstante, lo que aquí se cuestiona es el elemento ideológico detrás de la reforma que critica la utilidad social del poder punitivo.

Por otra parte, la política siempre da revancha. En una reciente encuesta de una prestigiosa consultora se señala que el narcotráfico encabeza las preocupaciones de la sociedad, que en un 83% la considera como un problema de la mayor gravedad. ¿Cuál será la fuerza política que tome esta iniciativa?

Independientemente de todo esto, en un país con un sistema político de cuño presidencialista y donde los liderazgos se construyen sólo desde los ejecutivos, es muy auspicioso que desde el poder legislativo se pueda imponer una agenda de temas que le preocupen a la gente