Miopía diplomática con sabor a estallido social

La intransigencia de Venezuela para aceptar una mediación diplomática regional para contribuir a superar la grave crisis que enfrenta es desilusionante. La negativa de Caracas a los gestos de buena voluntad para encontrar una solución es de una miopía diplomática preocupante. La exposición de la canciller Delcy Rodríguez, en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), sólo reafirma el grado de obsesión para mantener un cuadro político y de deterioro humanitario que puede llevar a Venezuela, lamentablemente, al borde de un estallido social.

La Argentina, que aboga por la defensa de la democracia venezolana y el pleno respeto a los derechos fundamentales, ha intentado ayudar para evitar que la escalada de tensión se convierta en un incendio descontrolado. El intento diplomático de Buenos Aires era, entre otros, el de generar una instancia de diálogo con el apoyo de distintas organizaciones regionales que permitiera reducir riesgos hipotéticos y, al mismo tiempo, poner límites a los excesos que quieren arrasar con los principios fundamentales de la Constitución de Venezuela. Continuar leyendo

La incertidumbre del crudo

El precio del barril del petróleo se volvió a desplomar a mínimos de hace más de una década ante la sobreabundancia de la producción mundial. En noviembre las extracciones de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) alcanzaron los 31,57 millones de barriles diarios y superaron en más de un millón el límite acordado hace un año. Las exportaciones de Libia marcaron ese desborde. Estados Unidos se aproxima a los 9,2 millones de barriles diarios. Esa sobreoferta podría ampliarse en la eventualidad de que Irán se incorpore al mercado, de producirse el levantamiento de las sanciones como resultado del acuerdo nuclear. Sin embargo, la capacidad misilística iraní podría postergar esa disponibilidad adicional de crudo.

La baja del precio, tras la reducción de la demanda de China y Europa, refleja el grado de confrontación entre los miembros principales de la OPEP. La última reunión en Viena no pudo acordar un límite a la producción. En gran medida el impasse es resultado de la rivalidad entre Arabia Saudita e Irán y la escalada de tensión entre ambos. También por la nueva dinámica de la guerra en Siria y la creciente presencia militar de Rusia. En ese contexto, Arabia Saudita no parece dispuesta a que Irán o Rusia mejoren sus alicaídas finanzas frente a las exigencias de los respectivos gastos militares. Continuar leyendo

Gobernabilidad venezolana

Venezuela se encuentra ante un nuevo desafío para fortalecer la democracia y la plena vigencia de los derechos humanos. En esta nueva etapa la cohabitación entre chavismo y oposición será central, aunque, en virtud del pasado reciente, nada sencilla. En 17 años en ejercicio del poder inaugurado por Hugo Chávez, el oficialismo ha ganado 18 de 19 elecciones. Ese dato estadístico pone en evidencia la importancia de que el ciclo que se inicia logre una convivencia sin sobresaltos. También advierte sobre las dificultades. La desvanecida diplomacia regional debería recuperar presencia y ser central para ayudar a Venezuela en la delicada aspiración de establecer armonía para alcanzar mayor institucionalidad democrática.

La última elección, que permite que la oposición tenga mayoría en la Asamblea Nacional, es una manifestación de que la ciudadanía venezolana reclama una evolución para que Venezuela supere la debacle económica y los abusos políticos. Sin embargo, ni la oposición debería desconocer el papel que conforme a la Constitución le corresponde al Ejecutivo ni el Gobierno el claro mensaje de las urnas. Continuar leyendo

Diplomacia regional paralizada frente al Gobierno venezolano

La situación en Venezuela estremece a toda la comunidad democrática internacional y, por el alcance de los últimos acontecimientos, necesita de urgente asistencia regional. El asesinato de un líder político opositor en víspera de elecciones legislativas no es un hecho aislado. El terrible suceso criminal, que no puede quedar impune, se da en medio de una serie de graves persecuciones contra diversos dirigentes en lo que parece ser una estrategia que procura amedrentar y generar un clima temor. Tampoco es aceptable que el Presidente de Venezuela siga poniendo a las movilizaciones piqueteras por encima de las urnas o amenace con no cumplir con el resultado electoral. La democracia en Venezuela se ha transformado en un lamentable ejercicio de fuerza, violencia y miedo. El pronóstico no puede ser más oscuro.

La magnitud de lo que está ocurriendo hoy en Venezuela, como la fractura de su sociedad, no permite que América Latina siga ignorando la situación. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha señalado la necesidad de actuar ya, además de advertir sobre los riesgos de la escalada indeseable de violencia y la creciente violación a los derechos humanos. También ha afirmado: “Cada muerto en Venezuela duele en todas las Américas”. Continuar leyendo

Crisis fronteriza por deportaciones en Venezuela

La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela va adquiriendo complejas características humanitarias y un grado preocupante de tensión bilateral. De acuerdo con Naciones Unidas veinte mil colombianos debieron regresar a su país tras el cierre parcial de la frontera y el estado de excepción decretado por Caracas. La mayoría han sido deportados de manera indiscriminada y otros han abandonado Venezuela ante el temor de ser expulsados o por represalias. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado: “Las expulsiones colectivas son manifestaciones contrarias al derecho internacional”. Colombia, por su parte, analiza llevar el caso a la Corte Penal Internacional por supuestos crímenes de lesa humanidad.

Pese a la seriedad de la situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó, por un voto, la solicitud colombiana de convocar a una reunión de cancilleres para analizar los efectos humanitarios del cierre de las fronteras y las deportaciones. La lamentable actitud de la OEA responde a que once países votaron en abstención y, consecuentemente, evitaron que Colombia obtuviera los 18 votos necesarios. Vergonzosamente, la Argentina fue uno de ellos. Continuar leyendo

Por elecciones libres y transparentes en el país del petróleo

Las perspectivas políticas y económicas de Venezuela son cada día más comprometidas. El cuadro humanitario es alarmante y la tensión social crece en intensidad por la severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos. El PBI descendería un 5,4 % y la inflación podría superar el 100 %. El Gobierno muestra, sin ningún disimulo, una mayor vocación autoritaria que democrática para resolver los variados y dramáticos desafíos de la crisis. Han proliferado las violaciones a los derechos humanos y las libertades civiles, se acentúa la persecución y el encarcelamiento de opositores y crecen las limitaciones a la libertad de prensa. El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha puesto también de relieve la falta de independencia y autonomía del Poder Judicial. Solo el 34 % de los jueces son titulares.

En este contexto, las elecciones legislativas convocadas para fin de año no parecen contar, por el momento, con las garantías democráticas mínimas para asegurar comicios transparentes. También en lo que hace a la libre participación de las principales fuerzas políticas en campañas electorales, en particular por cuanto por primera vez en 16 años los 19 partidos de la oposición, agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática, tienen la posibilidad de ganar las elecciones parlamentarias. Sin embargo, es difícil ser optimista en un país donde se han afectado todos los elementos esenciales de la democracia representativa, como los parámetros de salvaguardia de la democracia previstos en la Carta Democrática Interamericana. Continuar leyendo

Excesos de represión y condescendencia diplomática

Los excesos de represión en Venezuela son cada día más alarmantes. Informes de Naciones Unidas confirman graves violaciones a los derechos humanos e incluso casos de tortura. Un número muy importantes de opositores se encuentran encarcelados y es muy difícil imaginar que el próximo proceso electoral de renovación de la Asamblea Nacional pueda desarrollarse en un marco transparente. Tampoco existen garantías mínimas para que la oposición participe con una opción electoral distinta a la del oficialismo. Eso es considerado de por sí como desestabilizante.

En ese marco pensar que Venezuela es aún una democracia representativa en el marco de su propia Constitución o en los términos de la Carta Democrática Interamericana, es una falacia. La realidad muestra una atmósfera política en la que se están traspasando todos los límites admitidos. Incluso el Estado de Derecho es de una gran precariedad donde se han desvanecido las garantías jurídicas.

En ese contexto, adquiere singular importancia la actitud del ex presidente de España, Felipe González, que ha expresado disposición de asumir la defensa legal de presos políticos, en particular de Leopoldo López y Antonio Ledesma. Otras personalidades de la región, como Fernando Enrique Cardozo, se han sumado a la iniciativa. La situación venezolana es tan grave que hasta el maniatado Secretario General de UNASUR ha ponderado el gesto de Felipe González.

Ya en noviembre pasado un grupo de ex mandatarios latinoamericanos habían expresado la preocupación por la falta de garantías jurídicas en Venezuela. El grupo estaba integrado por Ricardo Lagos (Chile), Alejandro Toledo (Perú), Fernando Enrique Cardozo (Brasil), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Oscar Arias (Costa Rica), Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia) y Osvaldo Hurtado (Ecuador). Lamentablemente la lista no incluía a ex presidentes argentinos.

Es evidente que, ante el delicado cuadro venezolano y la absoluta inacción de la diplomacia regional, el único camino para ayudar a Venezuela es la asistencia internacional no gubernamental, compuesta por la voz de aquellos que no tienen temor por las represalias del régimen venezolano. Resulta penoso que los presidentes de América Latina sean tan condescendientes con un gobierno que se encuentra violando los principios esenciales sobre los cuales desde hace varias décadas se asienta la convivencia hemisférica, entre otros, la defensa de la democracia y los derechos humanos.

La Argentina, lamentablemente, parece haber descartado de la política exterior la importancia que revisten los valores y principios internacionalmente reconocidos. Un exceso de pragmatismo parece impregnar toda su diplomacia. El comportamiento con Venezuela es quizás la muestra más dolorosa de ese abandono y la pérdida de un comportamiento mínimamente ético en las relaciones internacionales.

Venezuela: reaccionar antes de que sea tarde

La grave crisis venezolana amenaza con ser motivo de fractura en el ámbito regional y la próxima Cumbre de las Américas en Panamá puede ser escenario de esa tensión. La pretendida solidaridad latinoamericana con el régimen de Nicolás Maduro está llevando a América Latina y el Caribe al límite de lo que cada gobierno puede tolerar. Muchos países esperaron que Unasur fuera un instrumento diplomático más efectivo para hacer entender a Caracas sobre la necesidad de evitar excesos en materia de derechos humanos como en lo que hace a la vigencia del estado de derecho. Sin embargo, el resultado fue inútil ante un comportamiento diplomático que siguió apañando los desbordes autoritarios. Continuar leyendo

La preocupante debilidad de la OEA

La debilidad de la Organización de Estados Americanos y del sistema interamericano de derechos humanos (SIDH) es fuente de alarma por la creciente erosión de los pilares centrales, la Comisión de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en Costa Rica. El resultado es una virtual parálisis de los mecanismos existentes. La inacción es, en definitiva, responsabilidad diplomática de los Estados miembros que no han prestado el consenso para que la OEA cumpla con las obligaciones emergentes de la Carta Democrática Interamericana y de la Convención Americana de los Derechos Humanos. El caso de Venezuela lo deja claramente en evidencia.

El trial, OEA, CIDH y Corte, tras medio siglo de evolución y perfeccionamiento, ha sido fundamental para la salud democrática de la región, la vigencia del Estado de derecho y la defensa de los derechos de miles de latinoamericanos. La experiencia del SIDH ha sido de la más exitosa del mundo y constituye, de manera subsidiaria y complementaria, la última esperanza ante eventuales insuficiencias o ineficacias de los mecanismos nacionales de protección contra la injusticia, la arbitrariedad o la impunidad. La independencia del SIDH ha sido fuente de credibilidad y requisito imprescindible de eficacia.

Sin embargo, en el último lustro la OEA fue perdiendo protagonismo y el sistema interamericano de derechos humanos sufriendo alteraciones con la intención de limitar el radio de acción. Venezuela se retiró de la Corte y de la CIDH. Algunos países, principalmente del ALBA, han intentado limar la competencia de la Comisión y de la Corte de San José a punto tal que, por ejemplo, Ecuador vetó en la reciente Cumbre de la CELAC un párrafo de apoyo y reconocimiento al sistema interamericano de derechos humanos. La Argentina, con menor grado de protagonismo, se mantuvo en esa misma línea.

Es cuanto menos desilusionante que la defensa de los derechos humanos y las libertades básicas del Estado de derecho se encuentren subordinadas en América Latina y el Caribe a intereses políticos de dudosa raíz democrática. Sería lamentable para los ciudadanos de la región que el SIDH no logre retomar la relevancia humanitaria conforme a los instrumentos que le dieron vida.

Es hora también que la OEA vuelva a recuperar las atribuciones conforme a la Carta constitutiva. Los diversos organismos regionales, sea UNASUR, SICA, CARICOM o la CELAC, deberían evitar intentar reemplazar o desplazar a la OEA en las responsabilidades primordiales en materia de democracia y derechos humanos. Los organismos subregionales, en cambio, deberían lograr mayor armonía con la OEA para aumentar la efectividad en la defensa de los valores y principios proclamados, en particular en lo que hace a los derechos humanos, el fortalecimiento de la democracia y la tutela de derechos y libertades fundamentales.

Es de esperar que el próximo Secretario General de la OEA ponga todo el empeño y capacidad diplomática en lograr el objetivo central de fortalecer el SIDH e idear un mejor tejido de cooperación con los organismos subregionales. América Latina y el Caribe no pueden seguir apañando la insistente devaluación del sistema interamericano de derechos humanos como convertir a la Carta Democrática Interamericana en un instrumento vacío de contenido.

Efectos regionales y mundiales del petróleo barato

El precio del barril de petróleo, por exceso de oferta y desaceleración de la economía china, está afectando distintos escenarios y preanuncia para el 2015 nuevos equilibrios geo-económicos. Estados Unidos, junto a Arabia Saudita, ha recuperado preeminencia y es difícil que la próxima reunión de noviembre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC), como lo advierte Abdalla Salem el-Badri, modifique la actual situación. El nuevo dato es que la autosuficiencia energética norteamericana está resultando clave para dictar el rumbo del mercado y ha diluido la influencia de la OPEC.

Los primeros beneficiarios, además de Estados Unidos, son los países importadores como lo es hoy la Argentina. El saldo neto también podría ser positivo para la economía internacional. Capital Economics calcula que la caída del precio del crudo representará una inyección de más de 350 mil millones de dólares de nuevas inversiones a la economía global. Este número podría aumentar de manera sensible si se confirma las previsiones de Goldman Sachs de que el precio del petróleo podría aun declinar en un 15%. Continuar leyendo