Ahora o nunca

Un nuevo tiempo se siente en Venezuela. El país con la mayor reserva petrolera en el mundo vive uno de los momentos más críticos de su historia contemporánea, pero también un renacer de su democracia a partir de las últimas elecciones para escoger a los 167 diputados a la Asamblea Nacional. El país depende ahora del comportamiento de un Poder Legislativo finalmente independiente, luego de 17 años de chavismo.

El 6 de diciembre hubo elecciones en Venezuela. ¿Y qué pasó? La oposición ganó los dos tercios de la Asamblea Nacional, un hecho histórico y extremadamente importante por cuanto, al tener la mayoría calificada, se podrán aprobar y derogar leyes, investigar a las autoridades venezolanas y hasta solicitar un referéndum revocatorio para el presidente Nicolás Maduro. Es el momento perfecto para revisar lo ocurrido en esta elección y lo que se espera en Venezuela a partir de estos inéditos resultados. Continuar leyendo

Las cuentas también se cobran con votos

Todo indica que los resultados del domingo 6 de diciembre serán muy distintos a los que tradicionalmente estuvimos acostumbrados a recibir durante casi veinte años de historia venezolana. Las encuestas, más que los expertos, sorpresivamente nos madrugaron con indicadores que aunque se esperaban, no se creían. Las más conservadoras, incluso aquellas abiertamente pro-oficialistas, hablaban de un 15% de ventaja de la oposición sobre el chavismo, las más liberales de hasta el 30 por ciento.

Sin embargo, la mejor encuesta que podemos aplicar tiene dos variables a analizar. La primera es el propio pueblo y su realidad. En las calles se nota el descontento, la ansiedad, la falta de motivación, la incertidumbre. Un kilo de pollo es igual a un kilo de oro, un papel higiénico a una comida en el mejor restorán.

La muerte se relativizó, para el mayor pesar de los venezolanos. Si es rojo, blanco, amarillo, de este o aquel lugar, todo forma parte de los atenuantes o los agravantes en un país tan desigual que, aunque rico, está quebrado, con una estanflación alarmante que repite índices de pobreza y miseria que se vivieron en otros tiempos tan criticados por el propio chavismo. Continuar leyendo

El país de los trofeos de guerra

Nuevamente nos toca hablar de Venezuela. Pero debemos ser más específicos en honor a la verdad. Considero que hoy vale la pena referirnos solamente al Gobierno, ese que tiene ya un poco más de dieciséis años en el poder y el cual se acostumbró a buscar, crear y mostrar trofeos como método para ejercer el poder.

Tal vez influya su clara vocación militarista, desvirtuada por supuesto, la cual les tiene en “permanente alerta”, generando compromisos de cara a la opinión pública, los cuales atienden muy vehementemente a través de sus trofeos de guerra, por sus características particulares, resaltantes y simbólicas.

Todo este parapeto viene secundado por una inmensa acción de comunicación, que se alinea perfecta y hasta exageradamente a los objetivos que se plantean los altos funcionarios del país. Basta recordar hechos de reciente data como el “testigo estrella” del caso Danilo Anderson, de la famosa detención de Leopoldo López, en la cual participó ilegalmente el presidente de la AN Diosdado Cabello (Quien conducía el vehículo donde trasladaban a López), o de la detención de Johnny Bolívar, presunto asesino de Adriana Urquiola (por funcionarios colombianos), y todo lo que significó en términos comunicacionales.

Ya el canal del Estado y sus filiales deben tener un banco de imágenes y de soundtracks de alta factura para crear y reproducir toda clase de videos, audios y fotografías, de la manera más baja, ilegal y grotescamente posible, sin el menor pudor ni de los periodistas que laboran en estos medios.

Un circo, sí. Como lo dice Luis Chataing, un circo. Los venezolanos hemos sido testigos te la “efectividad gubernamental” para algunas cosas y la total indolencia para otras tantas. También la facilidad para montar casos con el único fin de persuadir a la opinión pública a tener una actitud distinta ante un tema determinado, como el de la violencia, por ejemplo.

La habilidad para desmontar matrices a partir de estos trofeos es sorprendente. Ni el mejor cineasta se imaginaría que en el país existe tal tipo de creatividad. Para muestra un botón:

Ahora resulta que la delincuencia no es común. Es una delincuencia paramilitar pagada y financiada por los intereses de la ultraderecha apátrida que opera desde los nexos Bogotá-Madrid-Miami. ¿Les suena conocido este argumento? Para ello sacan algún trofeo, como por ejemplo, la detención de los miembros de alguna banda común, seguida por toda una campaña “informativa” de corte amarillista y de una seguidilla de voceros que repiten incesantemente el mismo mensaje. Mientras tanto siguen matando gente en la calle.

También han dicho que el sabotaje económico es producto de los intereses de la ultraderecha apátrida que opera desde los nexos Bogotá-Madrid-Miami más los empresarios acaparadores. ¿También les suena conocido este argumento? Para ello sacan otro trofeo, como por ejemplo, los directivos de Farmatodo detenidos, seguido por toda una campaña “informativa” de corte amarillista y de otra seguidilla de voceros que repiten incesantemente el mismo mensaje. Mientras tanto policías y bachaqueros siguen estafando a la gente en la calle.

RCTV, El Universal, Noticias 24, Tal Cual, Ledezma, Baduel, López, Ceballos, Brito, Rubén González, Mezerhane, el Movimiento Estudiantil, empresarios, entre muchos otros, nos confirman que Venezuela, definitivamente, es el país de los trofeos de guerra.

Estrategias del chavismo en contra de la libertad de expresión

Es difícil mirar hacia otro lado cuando día tras día se siguen cerrando puertas a la libertad de expresión y comunicación en nuestra América Latina. Como un germen que ha migrado de pueblo en pueblo, hemos sido víctimas de manos opresoras que en permanente estado de negación pretenden aplastar la voz disidente, aquella que no está de acuerdo y que no recibe un cheque por cada letra escrita o palabra hablada.

Se preguntarán por qué hago mención al estado de negación. Mi respuesta es sencilla. La evidencia histórica indica que aunque las tiranías pretendan alargar su existencia a través de diferentes jugadas, entre ellas la referida a la censura, siempre, como un axioma sin posibilidad de apelación, terminan de manera estrepitosa.

Hoy vemos el caso de Venezuela con mucha atención, por cuanto la necesidad de comunicación del propio pueblo ha sobrepasado el sostenido intento del autoritarismo de acabar con toda ventana que suponga un peligro para su “estabilidad”, dando por sentado que, “como ladrón que juzga por su condición”, todo lo que se dice o escribe será utilizado con fines desestabilizadores.

Son muchas las estrategias utilizadas para coartar nuestros derechos. Sobre todo aquellas que pretenden limitar la libertad de expresión. Para ilustrarles mejor el escenario las enumero a continuación:

  • Agresiones, extorsiones y amenazas a periodistas y colaboradores.
  • Expedientes administrativos y penales abiertos a periodistas y dueños de medios por expresar su opinión o sacar a la luz pública escándalos de altos funcionarios del gobierno.
  • Finalizar todo tipo de promoción publicitaria estatal, con el fin de estrangular financieramente al medio que se atreva a alzar la voz.
  • Suspender o no renovar las concesiones de las emisoras y canales de televisión que no se encaminen a obedecer los intereses de la cúpula política. Aquí recordamos el tan sonado caso de RCTV y las 34 emisoras cerradas, donde buena parte de los bienes fueron confiscados de manera ilegal y hoy día se mantienen en un “limbo” jurídico por la falta de separación de poderes.
  • Disminuir el flujo de importación de papel periódico, obligando el cierre de más de 15 medios impresos. Los que aún se mantienen abiertos, a parte de los que financia el propio gobierno, se han visto en la necesidad de reducir el número de ejemplares y páginas por publicación.
  • Negociaciones forzosas para adquirir los medios de mayor alcance y rating, so pena de cierre o expropiación.
  • Bloqueo de páginas web nacionales e internacionales, entre las que se encuentra Infobae, reconocido portal web argentino, plataforma desde donde interactuamos en este momento.
  • Negación de acreditaciones a la prensa, para asistir a ruedas de prensa de altos funcionarios gubernamentales.
  • Creación de medios de comunicación en manos de testaferros, que con la fachada de “independientes”, sirven como máquinas de propaganda política, que de manera grosera, pretenden pasar por encima de la inteligencia de la sociedad.
  • Como respuesta a todos los ataques, la sociedad ha buscado nuevas vías para comunicarse y estar al día. Las redes sociales se han convertido en ese espacio para llegar a la información y a la denuncia. Todos los días se incorporan cientos de personas, que con su propio accionar rompen el silencio impuesto por la censura y la autocensura. El peligro es que la era post-medios libres precede a esta nueva manera de reprimir, la cual consiste en criminalizar indiscriminadamente a los usuarios de las redes que manifiesten opinión o se atrevan a hacer la más mínima denuncia. Desde hace un par de semanas se encuentran detenidas 3 personas, por distintas razones relacionadas principalmente por el caso del diputado asesinado Robert Serra, las cuales vienen a sumar una lista que crece cada vez más rápido, mientras nos vamos quedando sin medios libres.

    Momentos oscuros se viven en la Venezuela petrolera. Esos que nunca imaginamos pasar. Muchos dejaron de opinar, de escribir, de expresar su desacuerdo por el simple hecho de no perder su trabajo o su pensión del gobierno. Otros, que considero se encuentran en el estado más peligroso, dejaron de opinar por resignación, por cansancio, por miedo. En fin, queda mucha tela que cortar y mucha historia por escribir.

    Sigo y seguiré apoyando a la prensa libre, a la libertad de expresión en todas sus formas, a la libre asociación, y sobre todo, a la posibilidad que tiene cada quien, según su criterio y espíritu, de elegir lo que mejor le parezca. ¡No a la censura!