De entrada conviene subrayar que el conocimiento en todos los campos es siempre provisorio, sujeto a refutación. Hay dos dichos latinos que ilustran el punto: nullius in verba, que es el lema de la Royal Society de Londres, que significa que no hay palabras finales, es decir, que todo está sujeto a revisión. Nuestra ignorancia es ilimitada, necesitamos críticas y autocríticas en la esperanza de captar algo de conocimiento.
El segundo adagio es ubi dubium ibi libertas, que se traduce en que donde hay duda hay libertad. Si estuviéramos rodeados de certezas, no habría necesidad de acciones libres, es decir, aquella en las que se sopesan alternativas y opciones varias, puesto que ya se sabría de antemano cuál es el camino a seguir. De allí deriva la necesidad, por ejemplo, de separar tajantemente la religión del poder político, esto es, la doctrina de la muralla, tan bien graficada en los orígenes de la revolución estadounidense. De lo contrario, el poder en manos de quienes todo lo ven con certeza conduce indefectiblemente al cadalso.
El debate abierto de ideas es absolutamente indispensable para progresar. Por esto es que los editores de las versiones digitales de algunos medios gráficos dan la oportunidad de proceder en esa dirección al ofrecer espacios para la crítica y las reflexiones sobre la publicación de columnas de opinión. Esto es tomado por algunos lectores en ese sentido y contribuyen a aclarar, agregar o rectificar algunas de las ideas expuestas. Continuar leyendo