Parece una perogrullada insistir en el hecho de que para que se entiendan los fundamentos éticos, económicos y jurídicos de una sociedad de hombres libres es indispensable trasmitir con claridad esas fundamentaciones, con todo el rigor que resulte posible, ya que el receptor es en general hospitalario y sensible a la argumentación y no a las simples afirmaciones.
Es por ello que es indispensable contar con espacios para elaborar sobre ideas de fondo. Esa es la manera de correr el eje del debate al efecto de abrir plafones para que el político pueda articular discursos compatibles con la sociedad abierta, dado que no puede proponer políticas que la opinión pública no entiende ni acepta.
Ahora bien, si nos dedicamos sólo a la coyuntura, nunca salimos del pantano. Más aún, con este procedimiento, cada vez la coyuntura se hace más negra, precisamente porque nadie se dedicó a explicar las ideas de fondo y se dejan terrenos abiertos para que el espíritu totalitario avance con sus ideas colectivistas.
Es cierto que a la gente en general le resulta más atractivo y más fácil leer sobre la coyuntura que bucear en ideas de fondo, pero, como queda dicho, es necesario hacer que las raíces de la libertad se exhiban en todas sus facetas. Dedicarse exclusivamente a la coyuntura es poner el carro delante de los caballos, es ocuparse de los efectos sin prestar atención a las causas. Por ello es que con toda razón el marxista Antonio Gramsci ha reiterado: “Tomen la cultura y la educación y el resto se dará por añadidura”. La coyuntura es el resultado de las ideas de fondo que prevalecen para bien o para mal. Continuar leyendo