No cabe ninguna duda que el Conurbano bonaerense va a ser más que nunca un factor determinante en la pelea electoral entre Sergio Massa y Martín Insaurralde. En las legislativas de 2005, Néstor Kirchner comprendió que debía apoderarse de la aceitada liga de intendentes que respondían en ese entonces a Eduardo Duhalde. De ahí en más el kirchnerismo fue cimentando sus victorias electorales desde el GBA.
La única excepción fue en las elecciones de 2009 donde Francisco De Narváez sorprendió y derrotó al propio Kirchner sin grandes apoyos entre los llamados “Barones del Conurbano”. Sin embargo, la contienda que se viene registra un dato inusual en la década kirchnerista: más de 15 intendentes saltaron el ruedo y apoyan explícitamente a un candidato que no representa los colores del Frente para la Victoria. Por primera vez habrá competencia “en serio” entre los jefes comunales peronistas.