La coyuntura demuestra una vorágine cada vez más intensa a medida que se ingresa en la campaña electoral. Las consecuencias de las inconsistencias del modelo económico golpean fuerte a la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y no se percibe una reacción acorde en los despachos más importantes de la Casa Rosada. Conclusión: aumenta el malhumor social y se deteriora la popularidad de la jefa de Estado.
Los números de las encuestas que han comenzado a circular en los últimos días reflejan una fotografía poco favorable al kirchnerismo. No es aconsejable aún entrar en el análisis de los sondeos sobre intención de voto de los candidatos que ya salieron a la cancha. Marcan algunas pautas pero todavía nada definitivo. Los encuestadores coinciden en líneas generales, incluso aquellos que trabajan para CFK, en que Sergio Massa partió en punta en la provincia de Buenos Aires, le auguran malas performances al Frente para la Victoria en la Capital, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y hasta en Santa Cruz.