Hoy se cumplen dos años del día en que el Cardenal argentino Jorge Bergoglio se convertía en el Papa Francisco. Y, además de la relevancia objetiva de ejercer un cargo con jurisdicción mundial, este segundo aniversario como máxima autoridad de la Iglesia Católica nos permite resaltar su condición de auténtico líder.
Se trata de un atributo que excede lo formal y que va más allá de la propia investidura: en muy poco tiempo, Francisco logró demostrar a escala global que cuenta con los atributos de un liderazgo excepcional a partir de su 1) imagen, 2) su personalidad, 3) su discurso, 4) su corporalidad y 5) su emocionalidad.
A través de sus acciones y sus palabras, estos cinco factores se amalgaman en forma armónica, coherente y potente, permitiendo la construcción de un liderazgo que ha logrado despertar admiración en millones de personas alrededor del mundo, incluso mucho más allá de la grey católica. Continuar leyendo