En los últimos quince días cobró impulso la lucha por la democratización universitaria, a raíz de la designación “anticipada” de decanos tras una década de falsas promesas sobre la reforma estatutaria. La casta profesoral acomoda sus piezas para el postkirchnerismo, lo cual no ocurre sin fricciones. En las facultades hay una inquietud generalizada. Las autoridades hicieron causa común con los medios más reaccionarios -Carta Abierta con Feinmann- para demonizar a los estudiantes.
La Ciudad Universitaria, agitada
En la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, las camarillas profesorales acordaron el reemplazo del pseudoprogresista Cajide, actual decano, por Luis Bruno, un representante de los grandes estudios de Arquitectura, ligado al PRO. Él mismo es dueño de uno, que lucra con los emprendimientos típicos de la especulación inmobiliaria y hasta está inscripto para la construcción del Centro Cívico en el Borda. Su “mandato”, completar la acreditación de la carrera a la Coneau, movilizó el rechazo del Centro de Estudiantes. La tentativa de las autoridades de “torear” al movimiento estudiantil, trasladando la sesión al hall central, convirtió al lugar en una tribuna. La consejera de la UJS denunció su política frente a más de mil estudiantes que se asomaron a los “balcones”, en lo que fue el preludio de una enorme asamblea. Queda clara la posibilidad de una gran campaña del Centro para masificar la lucha, lo que es claramente superior a la improvisación ‘putchista’ que acompañaba la presidencia-CRCR.