Europa ha sido, otra vez, atacada por el terrorismo islámico.
No ha sido un ataque más, se ha querido acabar con la libertad de expresión, pilar de la democracia y uno de los derechos humanos fundamentales, de ella deriva la libertad de prensa, es decir de imprimir y publicar lo que uno quiera y sobre lo que se quiera. Pero también, y particularmente en Francia, la libertad de expresar tus ideas, como sea que quieras expresarlas, es parte de su esencia histórica, fue parte de su Revolución y está presente en el legado filosófico-político francés al mundo, con Montesquieu, Rousseau y Voltaire a la cabeza de las ideas de libertad.
Este último crimen no se trata entonces sólo de unos asesinatos más del islam, sino que fue, por sobre todo, un ataque al libre flujo de las ideas y, en suelo galo, es violar su alma misma; de allí que espontáneamente miles y miles de ciudadanos han salido en toda Francia y Europa a manifestarse en silencio contra esta barbarie, que ha sido seguida por otro crimen en contra de una mujer policía, perpetrado por otro inmigrante islámico, lo que aumenta a tres el número de policías muertos en 24 horas y 10 civiles, todos a manos del islam, incluyendo la plana mayor y al mismísimo director del semanario Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, Charb, quien fue uno de sus más brillantes caricaturistas. Continuar leyendo