El petróleo y el gas se van a acabar. No hay nada que podamos hacer y es el resultado de procesos naturales que empezaron millones de años atrás y nuestro consumo voraz como planeta. Lo interesante es que la última gota de petróleo que salga a la superficie no será la última en existencia, sino la última que podamos producir de manera económica.
Esta industria está llena de particularidades y características que la hacen especial y fascinante, pero comparte esa necesidad común para el mundo de los negocios: la rentabilidad. Este concepto es la diferencia más importante entre “recurso” y “reserva”. En el caso de nuestro país tenemos una buena cantidad de recursos, pero limitadas reservas de hidrocarburos. 2.478 millones de barriles de petróleo y 11.742 billones de pies cúbicos de acuerdo con la Secretaria de Energía de la Nación (reservas comprobadas). Si asumimos producciones similares a las del 2012, estas reservas representan 12 y 8 años de producción respectivamente.