La oposición, en esto incluyo a Mauricio Macri, Sergio Massa, un sector del radicalismo y, en menor medida a Margarita Stolbizer, ha adoptado en estos últimos días una actitud temeraria. Saben -por encuestas propias y ajenas- que a cualquier candidato del Frente para la Victoria le resultaría muy difícil obtener un triunfo en el ballotage. Saben también que, al margen de la impostada euforia que demuestran los agentes de prensa del gobierno (¿se los puede llamar de otra manera a esa multitud de “periodistas” y medios escritos, radiales y televisivos que viven al calor de los recursos oficiales y extra oficiales del Estado?), lo único nuevo bajo el sol es un leve repunte de la alicaída imagen presidencial, aquella que se deterioró de manera aguda luego de la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman. Con estos elementos en mano, están como aquel boxeador que, conociendo su condición de superioridad en el ring, opta por “jugar” con su rival mientras evita dar el golpe de knockout. Continuar leyendo