“Si no se quiere al pueblo, si no se quiere al prójimo, es imposible querer a la patria. La patria es el otro, la patria es el prójimo”; con esas palabras en el 31 aniversario del inicio de la guerra de Malvinas, la presidente Cristina Fernández de Kirchner dejó sentada una frase que, recortada, es usada –aunque cada vez con menos entusiasmo- por sus militantes como eslogan. Profundizando en el significado que tendría este concepto encontramos la explicación de José Pablo Feinmann -uno de los intelectuales preferidos del kirchnerismo- quien en un artículo del diario oficialista Página 12 sostuvo, basándose en el pensamiento de Emmanuel Levinas, que “es imposible edificar una democracia sin una ética de la alteridad que haga del otro lo presente en mí, completándome”, para luego rematar que “nadie puede creerse la patria. La patria es una urdimbre de otredades que se requieren las unas a las otras”. Pero como José Pablo tiene capacidad para observar lo que sucede (aunque pueda encontrarle luego algunas explicaciones algo antojadizas), acepta que el concepto vertido por la Presidente incluye el conflicto y por lo tanto “la patria es el otro, pero no todos son el otro”, y así termina concediendo que el lema es una utopía porque “ellos, el poder, el establishment, los monopolios, jamás pensarán que la patria son los otros”. Continuar leyendo