Mientras que los problemas reales de los argentinos pasan sin dudas y para todos (tanto detractores como militantes del kirchnerismo) por la inflación, la recesión económica, la inseguridad y los despidos que cada vez afectan a más actividades, el gobierno de Cristina Kirchner se esfuerza por encarar cuestiones que sólo responden a su manía por sostener el relato. Así fue como a toda marcha ingresaron al Congreso Nacional los proyectos para modificar la Ley de Abastecimiento y la pomposamente denominada Ley de Pago Soberano, que pretende cambiar al agente fiduciario para de esta forma eludir el cumplimiento del fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa. Por si esto fuera poco en cuanto a proyectos o ideas que sólo sirven a los efectos de no perder el dominio y la iniciativa en la agenda política, la presidente no se privó de mencionar en su discurso del pasado martes en la provincia de Santiago del Estero la posibilidad de mudar la Capital Federal al interior del país. Casualmente (o no) la propuesta llega junto con el apoyo a la pareja gobernante en aquella provincia, Claudia Ledesma (actual gobernadora) y Gerardo Zamora (ex gobernador, actual senador y segundo en la línea de sucesión presidencial), que ponen en juego su poder con la elección de intendentes y concejales que tendrá lugar este domingo y que se presenta ampliamente favorable al radical kirchnerista. Continuar leyendo