Desde que fue puesta en marcha la Asignación Universal por Hijo (AUH), por decreto del Poder Ejecutivo y no a través de una ley como señalaba el proyecto original del ARI, mucho se habló desde el gobierno sobre el impacto positivo que ésta ocasionó en el aumento de la matrícula escolar. Nadie duda de lo auspicioso del programa, pero ayudaría mucho a su consolidación si se transparentan los indicadores oficiales o mejor dicho aquellos que fueron difundidos a través del aparato de propaganda oficial que durante los primeros dos años señalaba que el crecimiento de la matrícula de nivel básico oscilaba el 25%.