En los últimos meses, la economía argentina mantuvo su dinamismo gracias a los aumentos de salario, jubilaciones y asignaciones por encima de la inflación (medida según estadísticas provinciales) que sostuvieron el consumo. También fue relevante la mayor obra pública y ejecución del plan ProCreAr, que motorizó la construcción y a sus industrias proveedoras, revirtiendo el panorama del sector del año pasado (cuando fue afectado por las restricciones cambiarias en un mercado inmobiliario dolarizado).
Al interior de la industria el comportamiento es muy heterogéneo, con sectores de fuerte crecimiento como el automotriz, los materiales de construcción y las metálicas básicas (donde volvieron a ponerse en marcha la planta de acero de Siderar en San Nicolás y la planta de aluminio de Aluar de Puerto Madryn, que habían estado detenidas un largo tiempo por reparaciones). Por el otro lado, sectores como la molienda de granos (afectados por el desabastecimiento de cereales y oleaginosas en algunos meses) y la editorial han visto disminuído su ritmo de producción.