Cambiemos la política agroindustrial

Comenzamos a defender al campo con Elisa Carrió desde Afirmación para una República Igualitaria (ARI) y Coalición Cívica hace más de diez años. En aquel momento todas las actividades aún estaban en pleno auge, y el propio sector soportó sin mayores reclamos sucesivos aumentos de los derechos de exportación (retenciones). Los números daban bien y la política parecía poco importante. En 2006, días después de que prohibieran las exportaciones de carne, advertimos lo que generaría esa medida: menos producción, menos empleo y, a la larga, aún mayores precios internos de los alimentos. En 2007 nuestra propuesta se tituló “Dejar en paz al campo”, contó incluso con la firma del socialismo y de Margarita Stolbizer, pero aun así el interior del país votó principalmente al kirchnerismo.

Las líneas centrales de aquella propuesta guiaron la acción de toda la oposición en el Congreso y luego se transformaron en el núcleo de las 13 iniciativas agroindustriales del PRO. Esta propuesta es un compromiso público de Mauricio Macri, firmado en abril de 2014, un año y medio antes de estas elecciones. Eliminar los Registro de Operaciones de Exportación (ROE) y abrir las exportaciones, eliminar todas las retenciones (en carnes, granos, productos regionales) y avanzar en la rebaja para la soja, invertir en infraestructura, eliminar trabas internas al comercio y hasta persecuciones que han sufrido muchos productores, son el centro de nuestro plan. Esta propuesta fue además la primera en poner en agenda a las economías regionales para verlas como un verdadero motor de desarrollo en todo el interior, en lugar de ser actividades de subsistencia, siempre olvidadas en la agenda de los candidatos a presidente. También nos comprometemos a mejorar los planes de fomento para que dejen de ser una caja política de gobernadores y funcionarios que perpetúan a los pequeños productores en el atraso y la pobreza. Queremos usarlos como verdaderos planes de reconversión productiva, que estimulen el arraigo rural, la incorporación de tecnología y el mejor manejo de recursos naturales. Esto se puede hacer con un Ministerio de Agroindustria que trabaje con toda la cadena de valor y que tenga también en cuenta las cuestiones de alimentación interna y seguridad alimentaria global, uno de los grandes desafíos que enfrenta hoy la humanidad. Continuar leyendo

La hipoteca ambiental del kirchnerismo

Mucho se ha hablado estos años sobre y contra el campo. Ahora bien, uno de los temas cruciales a largo plazo para el agro y para el país ha sido el ausente más notorio de este debate: ¿Cómo quedan los suelos, la tierra, el agua, el ambiente y los recursos naturales de la Argentina luego de 12 años kirchneristas? Con el objetivo declarado de poner esa discusión central en agenda, la diputada del PRO-Cambiemos Cornelia Schmidt-Liermann organizó la jornada “Camino hacia una agricultura sustentable” el jueves 8 de octubre en el Congreso.

La conclusión de los expertos invitados fue categórica: el próximo presidente recibirá una verdadera hipoteca ambiental y de suelos, junto con una larga lista de temas pendientes sobre los que no ha habido políticas, e incluso hasta graves errores y omisiones. También se destacó que la situación puede ser revertida con incorporación de tecnología y participación de los productores argentinos, que tienen la capacidad para producir de manera sostenible, pero para ello es ineludible que cambien las políticas y las instituciones para ir, justamente, camino a una agricultura sustentable. Continuar leyendo

Kicillof y los dólares del Campo: ¿romance de verano?

Este semana se cumplió un año desde que Axel Kicillof asumió el Ministerio de Economía y Haciendo. Entre otras cosas, su año de gestión estuvo cruzado por un problema central: la falta de dólares en la economía. Hace pocas semanas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), comenzó a instrumentar la colocación de bonos en pesos -el Bonad 2016-atados a los movimientos en la cotización oficial del dólar, conocidos como “dollar-linked”, de los cuales se colocó un total de 983 millonesmillones de dólares (8.350 millones de pesos a un tipo de cambio de 8.49$/U$S).Al pagar al inversionista el valor del tipo de cambio a futuro,  en los hechos dichos bonos funcionan como un “seguro de cambio” para quien los suscribe,y lo cubre de una eventual devaluación.La intención oficial es ofrecer alternativas que funcionen como sustitutos del dólar, calmando la demanda de divisas en sus diferentes versiones y quitar presión sobre el mercado cambiario.Una oferta de dichas características a cambio de pesos no es casual: son pocos los actores dispuestos a invertir en activos en pesos, dado que eso las expone demasiado al riesgo de la desvalorización. Es por este motivo que el Gobierno para tentarlos les otorgó este seguro de cambio. Continuar leyendo