Promesas y protestas

Hasta el kilómetro 214 de la Autopista Buenos Aires-Rosario se acercaron durante los últimos días, además de los productores y contratistas que buscaron las últimas novedades tecnológicas y cerrar algunos negocios de cara al futuro,  importante  referentes del sector de la agroindustria y los principales políticos de la oposición.

La apertura prevista para el día martes se tuvo que suspender por fuertes lluvias. Para ese día estaba programada una conferencia de prensa de la Mesa de Enlace, en la que se anunciarían medidas de fuerza por la baja rentabilidad de casi todas las actividades, a excepción de las relacionadas con la cadena sojera.  La conferencia no se hizo, pero las medidas de fuerza fueron anunciadas igual: un cese de comercialización simbólico, de  48 horas, que comenzará el próximo 11 de Marzo, justo 6 años después que se iniciara el conflicto por la famosa Resolución 125 de las retenciones móviles. Pero la noticia, mucho más que la protesta, fue que la misma fue anunciada solo por tres de las cuatro entidades que forman la Mesa de Enlace. Federación Agraria, con su nuevo Presidente, Omar Príncipe, informo que no compartía la “metodología de la protesta”, mientras que en mismo momento del anuncio de la misma estaba en el Ministerio de Economía negociando con Axel Kiciloff. De dichas negociaciones se obtuvo el anuncio de un subsidio 30 centavos de peso por cada litro de leche para los productores tamberos de menos de 2900 litros diarios, para compensar la caída de precio. Corrió el rumor que en la mesa de negociaciones se habría también incorporado la promesa de buscar algún mecanismos para “segmentar” las retenciones para pequeños productores, un reclamo tan histórico de esta entidad como difícil de ejecutar en la práctica, sin tener que recurrir a subsidios digitados por el gobierno de turno.

El enojo con la cúpula de Federación Agraria no tardó en hacerse oír: mientras muchos de sus afiliados comentaban que igualmente se sumarian a la protesta, la filial entrerriana decidió adherir formalmente a la misma. Aun más simbólico, la Mesa Nacional de Productores Lecheros (supuestos beneficiados directos de las negociaciones entabladas con el gobierno y conformada en su mayoría por socios de la Federación) también se sumó a la protesta, señalando que el principal problema del sector son las trabas a las exportaciones. Por lo bajo muchos productores y dirigentes se quejaban: “Le regalaron al gobierno la foto de la ruptura de la Mesa de Enlace al comienzo del año electoral, a cambio de subsidios y promesas”, fue, palabras más o menos, la principal queja recolectada en el sector.

Políticos y Promesas

Mientras estas quejas e internas tenían lugar, los políticos no dejaron pasar la oportunidad de visitar la muestra. Julio Cobos recorrió junto con Margarita Stolbizer, apenas un día antes que Binner declinara su candidatura presidencial y la propusiera en su lugar. Tanto Stolbizer como su partido, el GEN, han tenido siempre una postura favorable al campo, en buena medida por estar compuesto principalmente por dirigentes y ex intendentes radicales del interior de la Provincia de Buenos Aires. Quedará por ver cómo se compatibiliza esta postura histórica con su alianza con Libres del Sur y el Partido Socialista.

También  Ernesto Sanz recorrió la muestra, el mismo día que Sergio Massa llego con una comitiva con varios referentes del sector: Eduardo Buzzi (antecesor de Príncipe en Federación Agraria), Carlos Garetto (Ex Coninagro), Jorge Solmi y Felipe Sola. Fiel a su estilo, prometió “sacarle la pata de la cabeza al campo”,  aunque sus definiciones en cuanto a propuesta tuvieron algo de ambigüedad ya que hablo de “suspender” los derechos de exportación al maíz. En la misma línea, su proyecto de Ley presentado en Diputados al respecto mantiene los niveles de retenciones actuales al girasol y todo el complejo sojero.

También Mauricio Macri y el PRO hicieron una apuesta fuerte. Acompañado de sus candidatos a gobernador en los principales distritos productores (Vidal en Buenos Aires, Del Sel en Santa Fe, De Angeli en Entre Rios y Baldassi en Córdoba), y con la compañía de sus recientes aliados “Lole” Reutemann, Luis Juez y Oscar Aguad, se definió en contra de las trabas a las exportaciones, prometiendo eliminación de ROE y retenciones a todos los productos salvo soja, en donde la baja será paulatina. Incluso firmó (literalmente) en una radio una promesa para los productores de trigo, que deben comenzar a sembrar en algunas semanas y cosechar en el verano de 2016: “Siembren todo lo que puedan, que conmigo en el próximo gobierno lo cosechan y venden sin ROE y sin retenciones”.

Las ausencias

Sin embargo también hubo ausencias políticas. A la ya tradicional falta de funcionarios nacionales, incluso de segunda  línea o técnicos, se sumó este año el faltazo de los gobernadores que iban a inaugurar la muestra. De la Sota y Bonfatti se quedaron en sus provincias por razones de fuerza mayor, atendiendo las graves inundaciones de estos días. En el caso de Daniel Scioli, que todos los años abre la muestra, se comentó que este año recibió indicaciones de desistir de dicha costumbre. Quien sí estuvo presente en su lugar el día sábado fue Gustavo Marangoni , presidente de Banco Provincia, una de los principales sponsors. Esa misma noche, el Gobierno Nacional vetaba su participación como precandidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad, al filo del cierre de listas porteñas. Otra visitante habitual que dio el faltazo fue “Lilita” Carrio, también flamante aliada de Macri, quien ya en la Expoagro de 2007 presento un plan para el sector que tituló “Dejar en Paz al Campo”, siendo la primera fuerza política proponer eliminación de permisos para exportar y reducción de todas las retenciones, incluida la soja. A pesar del faltazo, la propuesta para el sector es uno de los puntos de entendimiento que sin duda  allano el camino para el acuerdo entre  el PRO y la Coalición Cívica.

El futuro: cambios y la necesidad de unidad

Además de quejas, también hubo propuestas desde el Sector en Expoagro. Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) presentó las propias, elaboradas por el experto Juan Cruz Rey Kelly y enunciadas por su Presidente, Rubén Ferrero, con el objetivo de aumentar la producción un 50% y duplicar las exportaciones de alimentos. Aunque frustrada por el clima, estaba prevista la presentación de 10 puntos de acuerdo que iban ser firmados por más 40 referentes de diversos orígenes de la agroindustria, con la intención de ser “políticas de Estado”, sea cual sea el próximo gobierno, redactados por el GAPU AGRO (Grupo de Acción Política para la Unidad), con el apoyo de varios ex secretarios de Agricultura, como Marcelo Regunaga y Jesus Leguiza.

A pesar de la lluvia y las divisiones, quedó claro para todos los que tiene algo que ver con la agroindustria y la producción del interior del país que la clave para el futuro, más allá de las quejas, estará en nuevas propuestas, en un cambio de políticas, y en logro de la unidad, tanto de los políticos que tienen  ideas similares como hacia adentro del propio sector.

Kicillof y los dólares del Campo: ¿romance de verano?

Este semana se cumplió un año desde que Axel Kicillof asumió el Ministerio de Economía y Haciendo. Entre otras cosas, su año de gestión estuvo cruzado por un problema central: la falta de dólares en la economía. Hace pocas semanas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), comenzó a instrumentar la colocación de bonos en pesos -el Bonad 2016-atados a los movimientos en la cotización oficial del dólar, conocidos como “dollar-linked”, de los cuales se colocó un total de 983 millonesmillones de dólares (8.350 millones de pesos a un tipo de cambio de 8.49$/U$S).Al pagar al inversionista el valor del tipo de cambio a futuro,  en los hechos dichos bonos funcionan como un “seguro de cambio” para quien los suscribe,y lo cubre de una eventual devaluación.La intención oficial es ofrecer alternativas que funcionen como sustitutos del dólar, calmando la demanda de divisas en sus diferentes versiones y quitar presión sobre el mercado cambiario.Una oferta de dichas características a cambio de pesos no es casual: son pocos los actores dispuestos a invertir en activos en pesos, dado que eso las expone demasiado al riesgo de la desvalorización. Es por este motivo que el Gobierno para tentarlos les otorgó este seguro de cambio. Continuar leyendo

¿Se acaba la década dorada de la soja?

La baja de precios de las commodities en general y en particular la caída del valor de la soja, que perforó en el mercado mundial los US$350 por tonelada, generó un shock en Argentina, encendiendo todas las alarmas, no sólo las del campo. A estos valores, con el tipo de cambio en torno a los $8,50 por dólar, la presión fiscal, los costos internos, la inflación y la falta de previsibilidad actual, prácticamente ninguna de las actividades agrícolas darán este año rentabilidad a los productores. En el caso de la soja, sólo con buen clima, buenos campos y rendimientos superiores al promedio la producción podrá ser negocio. La baja de precios y los problemas propios de Argentina hacen que buena parte de la campaña agrícola argentina 2014/2015 sea encarada con pocas o nulas perspectivas de rentabilidad. Muchos productores dudan respecto a que sembrar. ¿Dónde quedó la renta extraordinaria de la que tanto se habló estos años? ¿Se acabó la década dorada de la soja? Continuar leyendo

Ascenso, derrumbe y futuro de una alternativa valiosa

Después de mucho debate, existe actualmente un consenso global en que los biocombustibles son una alternativa valiosa, al reducir dependencia de combustibles fósiles, mitigar cambio climático, y agregar valor a producción agrícola. Es por ello que el mundo decidió avanzar en ese sentido, en especial Europa y los Estados Unidos. A raíz de esta situación, en esos países surgen las exigencias del llamado “corte”, que no es más que obligar por ley a los combustibles de un país tenga una proporción mínima que sea biocombustible. De esta manera, los países crearon lo que se conoce como “mercados artificiales”, que son aquellos que no surgirían naturalmente de la libre competencia, pero que si pueden surgir con una política pública correcta.

Así las cosas, aparece hace menos de diez años la demanda de los países desarrollados por biocombustibles. Si bien ellos también los producen, como Estados Unidos y Alemania, su consumo de combustibles es tan alto que requieren importar de otros países el biodiesel para cumplir con sus propios cortes internos obligatorios, en especial los países europeos. ¿Quiénes estaban en condiciones de aprovechar esa oportunidad? Un puñado de naciones en desarrollo: Brasil puede transformar la caña de azúcar en etanol, Indonesia y Malasia pueden transformar el aceite de palma en biodiesel, y lo mismo cuenta para Argentina con el aceite de soja.

El éxito del biodiesel argentino (2006-2012)

La industria del biodiesel en Argentina nace en 2006. En 2011 alcanzó su punto máximo: exportó 1700 toneladas por casi 2100 millones de dólares, ubicando al país como primer exportador mundial de dicho producto, todo esto en tan solo 5 años. Este enorme éxito se dio por cuatro factores, en el siguiente orden de importancia: 1) la demanda externa por el corte obligatorio. 2) la competitiva de la cadena de la soja, producto en el cual nuestro país ya en ese entonces tenía claras ventajas competitivas y el complejo de crushing de soja más avanzando del planeta, en torno al puerto de Rosario. 3) El diferencial arancelario que existía para las retenciones: las exportaciones de biodiesel tributaron de 2006 a 2012 un 14%, contra  un 35% del poroto y un 32% del aceite de soja, lo que incentivó a la creación de muchas plantas de biodiesel de diferentes escalas, y 4)  la Ley de Fomento del Biodiesel, impulsada por el oficialismo y aprobada por el Congreso durante 2006 (Ley 260936). Esta ley argentina incluyo cortes obligatorios de los combustibles en el mercado local y cupos y precios mínimos que se debían pagar a los productores de biodiesel. El corte interno de biodiesel se fue aplicando paulatinamente, llegando al 10% desde diciembre pasado. Si bien hay acuerdo entre los expertos en considerar valiosa esta ley, ese acuerdo también entiende que el biodiesel en particular es mucho más un negocio de exportación para la cadena sojera argentina que una solución a nuestros problemas energéticos. El éxito del biodiesel estuvo sin dudas en la exportación.

El derrumbe del biodiesel argentino (2012-2013)

Pero las ventajas competitivas no están “dadas” ni son inmutables: cambian con el tiempo y dependen de lo que hagan los países. Argentina durante 5 años (de 2007 a 2012) aprovechó estas ventajas, y desde 2012 hasta la fecha no hizo más que dilapidarlas por errores del gobierno nacional. En agosto de 2012, Axel Kiciloff aumentó las retenciones del 14% al 24%. Esto generó una fuerte caída de rentabilidad en muchas plantas de biodiesel, particularmente medianas y pequeñas, y frenó la producción que venía en aumento. Ante la queja del sector exigiendo cambios y el parate productivo, se dictó otro decreto estableciendo “retenciones móviles” al biodiesel, que con un complejo sistema, las fijó en ese momento en 19,1%. Antes que ocurra esto, en abril del año 2012, Argentina expropió el 51% de las acciones de la empresa Repsol-YPF. Como reacción, España, comprador del 50% del biodiesel que exporta argentina, frenó la importación de biodiesel argentino, e inicio un proceso “antidumping” ante la Unión Europea que termino en la decisión conjunta de la UE de imponer mayores aranceles a nuestro biodiesel, lo que ocurrió en Noviembre de 2013.

El enorme éxito del biodiesel construido en 5 años se derrumbó en menos de un año y medio, con dos medidas equivocadas del gobierno nacional. Del récord de exportación de 2011 (2100 millones de dólares), en 2013 se exporta prácticamente cero (solo 60 millones de dólares). Así las cosas, el 2014 empezó en esta industria con suspensiones de trabajadores, cierres de fábricas, y caída de proyectos de inversión de nuevas plantas que estaban en evaluación o en los primeros pasos de su ejecución.

Actualidad y Futuro

La primera reacción el gobierno intento reorientar la producción de biodiesel al mercado interno. En diciembre de 2010 aumentó el corte obligatorio de gasoil con biodiesel de 7 a 10%. En abril pasado, Cristina Fernández envía un proyecto de ley al Congreso para reducir impuestos internos al biodiesel. En dicho proyecto, ignorando la realidad del mercado mundial y los propios errores de su gestión, el ejecutivo sostiene básicamente que el éxito del biodiesel fue un logro generado solo de la ley de fomento, y que el problema actual es en totalmente “solamente culpa de la Unión Europea”. Aun así, aunque las rebajas de impuestos internos propuestas en dicho proyecto son correctas y ampliamente consensuadas (eximir al biodiesel del impuesto interno a los combustibles líquidos, y eximirlo de impuestos cuando sea vendido a usinas generadoras de electricidad) la realidad es que no atienden ni resuelven los problemas de fondo: el cierre del mercado europeo y las altas retenciones. El proyecto fue obtuvo media sanción en diputados y se tratará hoy en el Senado, con perspectivas claras de ser aprobado. Aun cuando se trasforme, como se espera, en Ley, y como bien señalaron diputados opositores es, cuando mucho, un paliativo.

Mientras la Cámara de Diputados estaba tratando este proyecto, el Poder Ejecutivo aplicó, sin pasar por el Congreso, una nueva y fuerte rebaja de las retenciones. Redujo la alícuota al 11,07%. El efecto fue inmediato: se dispararon nuevamente las exportaciones de biodiésel y las empresas del sector concretaron en un día operaciones por 100.000 toneladas, el 6% del total exportado en 2013.

Esta situación tiene varias singularidades. La primera es que mientras el Congreso tenía un tratamiento una ley sobre impuestos internos al biodiesel para resolver un problema que era externo, el Gobierno redujo las retenciones por sin darle participación al Congreso. La segunda singularidad es que el gobierno, al reducir las retenciones, está reconociendo implícitamente que el problema era externo y que eran sus medidas equivocadas sobre retenciones la causa de dicho problema. La tercera singularidad es el Gobierno toma la medida sobre retenciones por resolución apenas días después que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictaminara como inconstitucional la modificación de las retenciones sin pasar por el Congreso. Al menos podemos afirmar que “tarde y mal”, el gobierno reconoció y corrigió parcialmente su error. La última singularidad en nuestro modesto entender es lo poco que se ha debatido públicamente esta conjunción de singularidades.

Creemos que los problemas del biodiesel argentino en 2012 y 2013 se podrían haber evitado con mejores políticas. Creemos que la salida de la actual coyuntura en 2014 podría haber sido realizada mucho mejor. Planteamos aquí las dudas y singularidades del caso como un aporte para una discusión más solvente e inteligente respecto al tema. Mirando al futuro y pensando propositivamente, el biodiesel argentino puede recuperar el camino del éxito.