Objetivos eficaces para el desarrollo

Esta semana, entre el 25 y el 27 de septiembre, los líderes mundiales se reunirán en Nueva York para decidir sobre las prioridades más importantes del mundo para los próximos 15 años.

Están en juego 2,5 billones de dólares en ayuda al desarrollo e incontables miles de millones en presupuestos nacionales. Desafortunadamente, debido a la politiquería y un deseo de complacer a todos, este enorme presupuesto logrará cuatro veces menos beneficios de lo que podría.

Se espera que los jefes de Estado respalden una imposible larga lista de 169 objetivos de desarrollo elaborada por los embajadores de las Naciones Unidas, que abarca desde la reducción de la malaria y el aumento de la educación hasta la mejora de la biodiversidad y la eliminación de la desigualdad.

Estos objetivos reemplazarán a las 18 metas claras que formaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que tuvieron un éxito considerable en la concentración de los recursos para la lucha contra los desafíos globales desde el cambio de siglo.

El principal problema con la nueva larga lista de objetivos es que tratar de priorizar 169 cosas es muy similar a no priorizar nada. Continuar leyendo

Las inversiones medioambientales más inteligentes

En este momento, 193 Gobiernos del mundo se están preparando para seleccionar un conjunto de objetivos de desarrollo y medioambiente para los próximos 15 años. Estos objetivos sustituirán a los exitosos objetivos de desarrollo del milenio (ODM) que expiran este año e inciden en 2,5 billones de dólares en ayuda al desarrollo e incontables billones en los presupuestos nacionales.

Junto con los objetivos enfocados en la pobreza, la salud, el hambre y la educación, los objetivos ambientales están en primer plano. Estos van desde algunos relativamente de nicho (“diseñar e implementar políticas para promover el turismo sostenible”) hasta otros muy ambiciosos (“esforzarse por desvincular el crecimiento económico de la degradación ambiental”). Después de un proceso de toma y daca, la ONU tiene una lista de 169 objetivos -la friolera de 151 más que el conjunto de las 18 metas de los ODM que cambiaron el mundo.

Esto es un error. Tener 169 prioridades es como no tener prioridades en absoluto.

Desde el Copenhagen Consensus Center, pedimos a 60 equipos de los principales economistas, entre ellos varios premios nobel, que evalúen los costos y los beneficios económicos, sociales y ambientales de las metas propuestas. Su análisis destaca algunas de las mejores inversiones que podemos hacer por el planeta, guiando a los tomadores de decisiones políticos, los filántropos y las empresas con conciencia social hacia las inversiones que permitan lograr el máximo beneficio. Continuar leyendo

Evidencias de un mundo mejor

¿Cómo le está yendo al mundo? Responder a esta pregunta ha conducido durante siglos a discrepancias entre pesimistas y optimistas. En 1798, Thomas Malthus pronunció un famoso discurso para los pesimistas, prediciendo que amplios sectores de la humanidad permanecerían en un estado de hambruna ya que la población siempre crecería más rápido que la producción de alimentos. Tales preocupaciones se entrelazaron en el enormemente influyente libro publicado en 1972, Límites al crecimiento (Limits to Growth), que predijo un mundo que se despoja de alimentos y materias primas mientras se sumerge en la contaminación. Este panorama sombrío tiene una influencia profunda en el movimiento ambientalista hasta el día de hoy.

Los optimistas, por su parte, han argumentado animadamente que no hay necesidad de preocuparse y que todo está mejorando. Quizás sea el momento de echar un vistazo a las evidencias. Junto con 21 de los economistas más importantes del mundo, he intentado hacer simplemente eso al crear un cuadro de mando integral (scorecard) desde 1900 hasta 2050. A través del análisis de diez áreas importantes, tales como contaminación o biodiversidad, hemos estimado el costo relativo del problema en el año 1900. Luego en 1901, 1902 y así sucesivamente hasta 2013, con predicciones hacia 2050.

Utilizando valoraciones económicas clásicas de todos los aspectos, desde la pérdida de vidas humanas y las deficiencias en la salud, hasta el impacto del analfabetismo en los ingresos, la pérdida de humedales y el aumento de los daños de huracanes por el calentamiento global, los economistas muestran cuánto cuesta cada problema. Para estimar la magnitud del problema, estas valoraciones se comparan con el total de los recursos disponibles para corregirlo. Esto nos da el problema tal como se expresa en términos de porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

Las tendencias expresadas a continuación muestran algunos resultados sorprendentes. En general, dejan en claro que hay una posición realista entre los extremos: desde 1900 el mundo se ha convertido en un lugar asombrosamente mejor y, al parecer, continuará mejorando hacia 2050.

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