Evidencias de un mundo mejor

Bjorn Lomborg

¿Cómo le está yendo al mundo? Responder a esta pregunta ha conducido durante siglos a discrepancias entre pesimistas y optimistas. En 1798, Thomas Malthus pronunció un famoso discurso para los pesimistas, prediciendo que amplios sectores de la humanidad permanecerían en un estado de hambruna ya que la población siempre crecería más rápido que la producción de alimentos. Tales preocupaciones se entrelazaron en el enormemente influyente libro publicado en 1972, Límites al crecimiento (Limits to Growth), que predijo un mundo que se despoja de alimentos y materias primas mientras se sumerge en la contaminación. Este panorama sombrío tiene una influencia profunda en el movimiento ambientalista hasta el día de hoy.

Los optimistas, por su parte, han argumentado animadamente que no hay necesidad de preocuparse y que todo está mejorando. Quizás sea el momento de echar un vistazo a las evidencias. Junto con 21 de los economistas más importantes del mundo, he intentado hacer simplemente eso al crear un cuadro de mando integral (scorecard) desde 1900 hasta 2050. A través del análisis de diez áreas importantes, tales como contaminación o biodiversidad, hemos estimado el costo relativo del problema en el año 1900. Luego en 1901, 1902 y así sucesivamente hasta 2013, con predicciones hacia 2050.

Utilizando valoraciones económicas clásicas de todos los aspectos, desde la pérdida de vidas humanas y las deficiencias en la salud, hasta el impacto del analfabetismo en los ingresos, la pérdida de humedales y el aumento de los daños de huracanes por el calentamiento global, los economistas muestran cuánto cuesta cada problema. Para estimar la magnitud del problema, estas valoraciones se comparan con el total de los recursos disponibles para corregirlo. Esto nos da el problema tal como se expresa en términos de porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

Las tendencias expresadas a continuación muestran algunos resultados sorprendentes. En general, dejan en claro que hay una posición realista entre los extremos: desde 1900 el mundo se ha convertido en un lugar asombrosamente mejor y, al parecer, continuará mejorando hacia 2050.

Contaminación del aire

El mayor problema ambiental en el mundo es la contaminación del aire. La mayoría de las muertes son causadas por la contaminación del aire al interior de las viviendas, debida al uso de estiércol y leña para la cocción y la calefacción. Durante el siglo XX, se calcula que 260 millones de personas murieron por la contaminación del aire interior en el Tercer Mundo -aproximadamente el doble de las muertes causadas por todas las guerras del siglo. Esto supera en más de cuatro veces las muertes causadas por la contaminación del aire exterior. Al ceder la pobreza y reducirse el precio de los combustibles limpios, el riesgo ha caído ocho veces y se reducirá otro 70% hasta 2050. En 1900, la contaminación del aire costó 23% del PIB mundial, en la actualidad su costo es del 6% y en el 2050 será del 4%.

Cambio climático

Desde 1900 hasta 2025, los aumentos en la temperatura han representado mayormente un beneficio neto, llegando a elevar el bienestar en alrededor de un 1,5% del PIB por año. ¿Por qué? Porque el calentamiento global tiene efectos mixtos, y en el caso del calentamiento moderado los beneficios prevalecen. El aumento de CO₂ impulsa la agricultura actuando como fertilizante y añade 0,8% del PIB. El calentamiento moderado evita más muertes a causa del frío de lo que incurre en muertes adicionales provocadas por el calor. También reduce la demanda de calefacción más de lo que aumenta el costo de la refrigeración. Por otra parte, el calentamiento aumenta el estrés hídrico en alrededor del 0,2% e impacta negativamente en los ecosistemas, como los humedales, en alrededor del 0,1%. El impacto de las tormentas es despreciablemente pequeño. A medida que aumentan las temperaturas, los costos se elevarán y los beneficios se reducirán, provocando una reducción dramática en los beneficios netos. Después del año 2070, el calentamiento global se convertirá en un costo neto para el mundo.

Educación

El analfabetismo afecta hoy al 20% de la población mundial. Sin embargo, en 1900, el 70% eran analfabetos y la escolaridad promedio era de apenas un año. Sólo en el Occidente próspero el rápido incremento de la alfabetización se ha logrado a principios del siglo XX. En los países en desarrollo, se hicieron aumentos igualmente grandes (y continuados) desde 1970 hasta 2000, con los mayores avances logrados en China. En 1900, el costo de no tener alfabetización era del 12,3% del PIB. Hoy, ese número está cercano al 7%. En 2050, se estima que el analfabetismo representará aproximadamente 12% y el costo se habrá reducido a menos de un 3,8% del PIB.

Libre comercio

El comercio internacional raramente se encuentra en la agenda de los principales problemas de la humanidad. Pero con su rápido crecimiento impulsado por el comercio en los últimos 30 años, China permitió que 680 millones de personas salieran de la pobreza. Comenzamos el siglo XX con un relativo libre comercio: el costo total de las restricciones al comercio eran quizá de un 3-4% del PIB. Pero después de la crisis de 1929 y la depresión de los años 30, las barreras al comercio se dispararon y el costo escaló más allá del 10%. Después de la Segunda Guerra Mundial, las sucesivas rondas del libre comercio redujeron los costos del Primer Mundo al 2%, pero el mundo en desarrollo ha sido bastante más lento en reducir sus obstáculos, alcanzando hoy el 4%. A futuro, podemos avanzar más hacia el libre comercio y recortar nuestros déficits anuales hasta alrededor del 3% del PBI. Pero también existe un riesgo real de una vuelta a los años 30, causado por la recesión, particularmente entre los países menos desarrollados que tienen más para perder.

Desigualdad de género

En 1900, sólo el 15% de la fuerza laboral mundial eran mujeres, y todavía en 2012 menos del 40% ganaba sólo el 60% de lo que gana un hombre. Incluso, en 2050 la proporción entre sexos no será equitativa y las mujeres todavía ganarán un 30% menos que los hombres. Incluso si tenemos en cuenta que alguien tiene que hacer el trabajo doméstico no remunerado y si hubiéramos aumentado los costos de la educación femenina, la pérdida de desigualdad de género era de por lo menos el 17% del PIB mundial en 1900. Hoy en día, con una mayor participación y menos diferencia salarial, la pérdida es del 7% y será del 4% en 2050.

Salud

En 1900, la esperanza de vida promedio en la Tierra era de 32 años. Hoy en día es de 69 años, y será de 76 en 2050. Tomemos en cuenta la viruela, la principal causa de muerte única en el siglo XX. Causó la muerte de unas 400 millones de personas antes de ser erradicada en 1979. En 1970, sólo un 5% de los niños habían sido vacunados contra el sarampión, el tétanos, la tos ferina, la difteria y la poliomielitis. Para el año 2000, el 85% estaban vacunados, salvando cerca de tres millones de vidas al año -más de lo que hubiera salvado la paz mundial en el siglo 20 por año. El costo de la deficiencia sanitaria en los inicios del siglo 20 era de un fenomenal 32% del PIB mundial. Hoy en día se ha reducido a alrededor del 11%, y para 2050 se habrá reducido a la mitad, otra vez.

Hambre

El hambre, uno de los flagelos más antiguos de la humanidad, se ha aplacado. Los investigadores lo midieron a través de la altura, un fuerte indicador de la inanición infantil. En 1900, el hombre adulto promedio en el mundo rico medía sólo 169 cm y 164 cm en el mundo pobre -ahora miden 177 cm y 168 cm. Un aumento de 4 cm puede no parecer demasiado, sin embargo indica que pasamos de una inanición moderada del 10% a una inanición casi nula, es decir, 1,5 millones menos de niños mueren cada año por desnutrición. El costo de la malnutrición se ha reducido casi a la mitad desde el 11% del PIB en 1900 al 6% hoy, y se reducirá al 5% en 2050 –un magnífico progreso, aunque nos indica que todavía queda mucho por hacer.

Agua y saneamiento

La tasa de mortalidad por agua y saneamiento en los países en desarrollo era de 1,5 por 1.000 en 1950, se recortó al 0,4 hoy, y se reducirá al 0,2 para mediados del siglo. El progreso no significa simplemente grandes proyectos de infraestructura: mejoras sencillas como la cloración o el lavado de manos reduce las enfermedades de manera significativa, mientras que el agua corriente puede hacer una pequeña diferencia si la higiene básica no se mejora. Medir el impacto en términos económicos no consiste sólo en considerar la enfermedad y la muerte. Este año, la recolección de agua -mayormente mujeres – tomará 74 mil millones de horas, lo que representa un tercio de las pérdidas globales. En total, las pérdidas económicas por la mala calidad del agua y el saneamiento ya han caído del 2% del PBI del mundo en desarrollo en 1950 al 0,13% en 2013. Hacia mediados del siglo las pérdidas se reducirán a sólo el 0,02%.