Por: Darío Epstein
El petróleo habría encontrado su punto de equilibrio. Después de dos años de sobreoferta que hizo caer el precio de los más de cien dólares por barril de WTI a poco menos de 30 dólares, hoy respira y da alivio a muchas economías que dependen de su precio. Actualmente se encuentra estabilizado en torno a los 50 dólares por barril de WTI, su nivel máximo en siete meses.
Por distintos motivos, la caída de la oferta en Nigeria, Canadá, Estados Unidos y Libia y algo en China viene a contrarrestar la mayor oferta de Irán y la reactivación prevista por la recuperación de algunas economías emergentes como Rusia y Brasil hacia fines de este año.
Y un día, finalmente, sobró el petróleo: Goldman Sachs ya habla de un equilibrio entre la oferta y la demanda y una eliminación del exceso de oferta global. La Agencia Internacional de la Energía también cree que la sobreoferta de petróleo se está disipando y que la oferta y la demanda se están acercando al equilibrio. No es solamente un factor de demanda debido a la desaceleración de China y otros emergentes, sino que la producción de petróleo en Estados Unidos ha caído a 8,77 millones de barriles al día en mayo, un bombeo de crudo en su nivel más bajo desde septiembre de 2014, según el Departamento de Energía estadounidense.
El rebote que tuvo este año, que supera el 33%, aún no llega a revertir la caída acumulada en los últimos 12 meses, pero muestra una clara reversión de la tendencia.
La baja de los inventarios en Estados Unidos ayudó mucho para llegar a este punto, luego de enormes incrementos en los stocks a máximos históricos a inicios de año, según las cifras divulgadas por el Instituto Americano del Petróleo (API).
En los mercados financieros ya son mucho menos los que se animan a jugarle en contra: la cantidad de contratos de futuros abiertos comprados se reduce y el número de posiciones cortas en el mercado de futuros del crudo WTI en NYMEX cayó la semana pasada al nivel más bajo de este año.
Contratos de posiciones cortas de no comerciales, últimos 5 años
La curva de futuros nos muestra una pendiente bien positiva, aunque el WTI alcanzaría los 53,24 dólares para fines del año 2018.
Curva de futuros de petróleo, NYMEX
Fuente: Reuters
La evolución de la industria de los autos eléctricos conspira contra de la tendencia del petróleo. En Japón, aproximadamente la mitad de los surtidores ya están habilitados para cargar autos eléctricos o híbridos. En los Estados Unidos, Tesla (TSLA) está levantando pedidos y realizando una lista de espera a más de un año para tener su próximo lanzamiento mundial. En estos días se inaugura la Gigafactory, que es una gigantesca fábrica de baterías para autos y hogar en Nevada. En China, la empresa BYD, competidora de Tesla, también quiere ser líder en un mercado que se expande velozmente.
Pone un freno, además, la reciente apreciación del dólar: su renovada fortaleza recortó la mitad de la caída acumulada en el año; según el índice DXY, impidió que su precio traspasase los 50 dólares.
Tampoco los 50 dólares son la panacea para el sector. Hay muchos menos dividendos pagados o gastos en exploración y perforación que cuando el petróleo valía 100 dólares. Ni hablar de los menores impuestos que se recaudan y las pérdidas de empleo que ya se vieron, agravadas por el colapso de muchas empresas de shale oil, que con estos precios no son rentables, o bien deben pagar el festival de bonos en el que incurrieron para financiar el mayor avance tecnológico de los últimos años.
En síntesis, el exceso de oferta mundial se estaría moderando y esa es una buena noticia para los productores, que pueden encarar una fase expansiva de la inversión en equipamientos y servicios petroleros, que viene recortándose en los últimos 4 años. Hoy jueves se sabrá un poco más acerca de la tendencia que podría adoptar el petróleo: se realizará una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en Viena, en la que se espera que participe Irán, aunque se descarta que se llegue a acuerdos sobre el nivel de producción.
Pero no sobran muchos motivos más para ser excesivamente optimistas: Goldman Sachs estimó los precios del petróleo entre 50 y 60 dólares por barril para 2020, debido a una mejor productividad de los hidrocarburos no tradicionales y a la mayor oferta. Además, Irak elevó sus exportaciones de crudo antes de la reunión y es inminente el reinicio de la producción en Canadá, luego de los incendios forestales. La historia continúa y el final es abierto.
¿Tiene algún comentario o pregunta?
Contácteme: @DarioEpstein